por daniel "Profe" Córdoba

En el primer minuto erró dos goles abajo del arco que lo condicionó

A veces los técnicos quedan expuestos a los resultados, pero mucho de lo que está ocurriendo es responsabilidad de los jugadores.

Por Daniel “Profe” Córdoba

Como decía el cantante Rodrigo Bueno, en “Córdoba capital” se enfrentaron Talleres y Estudiantes. Dos equipos que este mismo año, con diferente suerte, jugaron la Copa Libertadores representando al país en el plano internacional.

Sería fácil criticar a los técnicos cuando vienen perdiendo. Yo siempre me incliné a defender a muerte a mis colegas los entrenadores. Pero cuando entran al campo ya es el ciento por ciento responsabilidad de los jugadores.

Lo que se pretende explicar en esta nota es que si Estudiantes, a los 15 segundos o antes del minuto de juego erra en la misma jugada 4 veces el gol, después todo se te hace muy difícil. Es como si arrancás el día torcido. Como que se levantó con el pie izquierdo y todo le empezó a salir mal desde temprano.

Si encima el rival es flojísimo y no es arrollado. Si tu defensa duda como lo hace. Si los dos centrocampistas ni cortan ni juegan. Si los delanteros son poco peligrosos. Y si de un lateral a favor mal realizado pasa a manos de Talleres y de allí nace el gol de Botta en el último minuto del primer tiempo; ni con Bilardo en el banco podés tener un equipo competitivo.

En Córdoba Estudiantes pudo ganar el partido si embocaba alguna de las cuatro definiciones que erró cuando inició el partido. Pero no lo hizo y lo pagó.

Los dirigentes son responsables al armar el plantel junto con el cuerpo técnico de Eduardo Domínguez, que pidió al central Rodríguez y ya ni lo usa, o en su momento insistió por Meza cuando había otros jugadores en el mismo puesto en el club.

Ahora sí encima de todo esto falta actitud ganadora y poco rendimiento individual, nada bueno puede esperarse.

Para mí, como para el técnico que lo mandó a la cancha en el segundo tiempo, Giménez nunca debería estar afuera.

Veremos que pasa en el futuro, porque los tiempos en el fútbol son traicioneros y tiranos hasta para quien supo dar una vuelta olímpica no hace mucho tiempo atrás.

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