Más allá de los buenos primeros minutos, donde intentó presionar, todo se desvaneció. Una pelota parada, lo puso en desventaja; pero quedarse con uno menos, lo sacó de partido. Carbonero no se bancó la marca de Belmonte y vio la roja de manera infantil, tirándole un manotazo. Así, el Lobo se quedó con uno menos a los 27'.
Después lo fue a buscar de manera desordenada y en una contra, sufrió el segundo. Y el complemento, todo se le hizo cuesta arriba. No se le cayó una idea y la historia no cambió, dejando una pálida imagen. Gimnasia sigue sin rumbo futbolístico y todo hace indicar que para Messera y Martini, el sábado será más que un partido.