El delicado presente de Gimnasia preocupa a los aficionados.
Quiero que Gimnasia y Esgrima La Plata gane siempre. Deseo fervientemente que su gente (llenó las tribunas versus Unión) sea incondicional a su cuerpo técnico. Y también, por supuesto, a los jugadores. Que el pueblo tripero le transmita energía ganadora.
Los futbolistas se matan por ganar, pero las derrotas como local apagan esa llama sagrada del hincha.
Gimnasia no está siendo un equipo cuyo juego se base en adueñarse de la pelota y tampoco es un equipo aguerrido que mete y marca y llega al gol como sea.
Está obligado a no perder más de local y a traerse un buen resultado en el próximo juego. Que así sea contra Central, aunque cada vez parece más difícil.