por daniel "profe" córdoba

Los pingos se ven en la cancha y hay que demostrar todo lo que se trabaja

Se termina la primera quincena de enero y a los equipos de La Plata se les achica el margen de tiempo para levantar cabeza tras la derrota de Estudiantes ante Peñarol y el empate del Lobo con Instituto. La necesidad de mejorar rápido en la última parte de la pretemporada antes de la cuenta regresiva al inicio del campeonato.

El Clásico

14/01/2023 - 00:00hs

Por Daniel “Profe” Córdoba

De qué sirve tener condiciones para hacer lo que sea (deportivas o no) de nivel muy bueno regulares o pocas si cundo llega el momento para demostrarlas no lo hacemos? De nada.

Hablando y hablando; escuchando y escuchando, con protagonistas de cualquier juego uno aprende y mucho. Formación asistemática que le dicen. A veces explícitamente y otras implícitamente se pueden arribar a muchas conclusiones.

Utilicemos el ejemplo de un dactilógrafo (escritor a máquina de otros tiempos). Esa persona, sin presión a la vista, es capaz de escribir en un minuto 100 palabras. Pero cuando se encuentra bajo presión o urgencia baja su rendimiento a 50 palabras por minuto. Y tenemos un colega suyo, de igual oficio que con o sin presión o urgencia, escribe siempre 60 palabras por minuto ¿con cuál nos quedaríamos?

¿A qué voy con esto? En el deporte y en la vida sirven los que, presionados o no, jamás modifican su rendimiento. ¿Por qué? Por saber que son confiables y nunca dejarán de serlo pase lo que pase o esté pasando por su interior y exterior.

Esos protagonistas o por su carácter (es genético y heredable) o por su personalidad (se va formando a medida que transcurre la vida), sea como, donde y con quien sea su compañero o rival, nunca nos sorprenderán con una inestabilidad e incertidumbre que desconcierte a propios y extraños.

Su rendimiento quizás jamás llegue a los 10 puntos, como así tampoco caerá a 2 o 3. Actitudinalmente esos son los que nos dan seguridad. Les toque enfrente Pelé o Juan Pérez. Jamás bajarán los 6 puntos porque si en algún ítem del juego o trabajo son superados, nunca se entregarán, y siempre encontrarán la forma o el modo para no ser superados.

En otras palabras: ¿el talento técnico, individual y del juego es básico para la alta competencia? Sí. ¿La condición física innata y/o entrenada? Sin dudas que sí.

Ahora, si desde el punto de vista grupal (ítem sociológico) o desde el punto de vista psicológico (carácter y personalidad) ese jugador en el momento de la verdad, o como decía Angelito Labruna “en el verde césped”, o como digo yo, “15.30 cuando toca pito el referí”, no pone su cien por ciento de lo que es capaz de realizar, aunque su máximo sean 6 puntos, ese jugador no es confiable ni lo será nunca para su entrenador o compañeros.

Puede ser por miedo inhibidor. Pero sea por lo que fuese sabemos que ahí o veremos un genio o jugaremos con uno menos y, salvo que hablemos de un superfutbolista, a ningún jugador le gusta jugar con uno menos.

Noticias Relacionadas