Estudiantes visita mañana a Banfield por la fecha 5 del Clausura, en medio de su gran momento y con la mente dividida entre el torneo local y la Copa Libertadores. Eduardo Domínguez pensaba en el debut de Joaquín Pereyra, pero una lesión de último momento lo dejó afuera.
La agenda de Estudiantes de La Plata no da respiro. El equipo de Eduardo Domínguez viene de un triunfo clave en Paraguay por 1-0 ante Cerro Porteño, en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, y este domingo desde las 16.15 tendrá que visitar a Banfield en el Estadio Florencio Solá por la quinta fecha del Torneo Clausura. Un compromiso que llega en medio de una racha positiva de cuatro victorias al hilo, pero con la necesidad de administrar energías pensando en la revancha copera del miércoles en UNO.
En ese contexto, el DT planeaba realizar varias modificaciones respecto del once que jugó en Asunción, con la idea de dar rodaje a juveniles. Tal como hizo recientemente con Mikel Amondarain y antes con Fabricio Pérez, Domínguez tenía en mente sumar al primer equipo a otro de los pibes de la Reserva: el lateral izquierdo Joaquín Pereyra, categoría 2005, capitán de la división y con varias convocatorias pero sin debut oficial.
Las bajas obligadas en ese sector allanaban el camino. Gastón Benedetti recibió tres fechas de suspensión tras su expulsión ante Independiente Rivadavia, mientras que Santiago Arzamendia terminó con molestias musculares frente a Cerro Porteño y estaba en duda. Todo indicaba que Pereyra tendría su chance… hasta que la mala fortuna golpeó en el último entrenamiento.
En la práctica vespertina del viernes en City Bell, Pereyra sufrió la fractura de un dedo del pie, una lesión que lo marginará por varias semanas y lo deja afuera de la consideración. Una pésima noticia para un jugador que asomaba como alternativa potable y para un cuerpo técnico que valoraba su proyección.
Ahora, Domínguez deberá reorganizar la defensa, probablemente manteniendo la apuesta por juveniles como Valentín Magdaleno o Román Gómez, si decide seguir con la misma línea de rotación. El Taladro, que buscará hacerse fuerte en casa y viene de un empate con sabor a poco, tratará de golpear a un Pincha que, pese a la rotación, atraviesa un presente dulce y sabe que cada punto en el Clausura vale oro. En Banfield, la localía y el empuje de su gente serán clave, mientras que en Estudiantes la misión será sostener la confianza, cuidar piernas y seguir alimentando una seguidilla que lo tiene como uno de los animadores del campeonato.