¡Díaz Acosta es el nuevo campeón del Argentina Open!
El argentino venció al chileno Nicolás Jarry y se coronó en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. Mucha emoción para el chico que dejó el trofeo en nuestro país.
En la semana previa a otro partido entre Gimnasia y Estudiantes, preocupa el nivel de compromiso de algunos jugadores de los equipos, que el domingo tendrán la chance de cambiar. La gloria de Estudiantes y Gimnasia se construyó con otros grandes equipos y los jugadores actuales deben conocer e imitar un poco de lo viejo.
20/02/2024 - 00:00hs
Por Daniel “Profe” Córdoba
El “Héctor” le digo “Ven, a todo esto lleva un clásico…”. A contar verdades que mucha gente prefiere ignorarlas.
En esta ciudad, como debe pasar en otros clubes, se venera algunos entrenadores y dirigentes porque han hecho buenas campañas o han ganado campeonatos. Pero muchos no saben que cuando se fueron dejaron a los clubes mirando hacia el norte y se la llevaron toda en algunos casos.
Yo felicito lo que hizo cierto técnico cordobés en Gimnasia hace más de 25 años: Griguol. Pero ¿cómo quedó el club cuando se fue? Hagan memoria los Triperos…
Hay otro entrenador en la vereda de enfrente que cada vez que pasó hizo buenas campañas más pensando en él y en su futura relación con la AFA y la Selección que con el club mismo. Bilardo. Pero las buenas campañas las hizo y nadie las puede objetar. Ahora vuelvo a preguntar: ¿cómo quedó el club cada vez que se fue del club como entrenador?
Así quedó el Cali de Colombia, en los ’70, el Estudiantes de los ’80 y el Boca de los ´90.
Tienen otro ejemplo clarito. Uno del fútbol y otro del país que los protagonistas quedaron como héroes pero que cuando se fueron dejaron un desastre económico y financiero. Lean esto.
¿Cómo quedó Boca después de ganar el campeonato de 1981 tras el esfuerzo de llevar a Maradona y armar un gran equipo? ¿Cuántos años le llevó a Boca recomponerse económicamente de semejante esfuerzo y logro deportivo?
A Boca le llevó muchísimos años recuperarse y si vamos a la política nacional yo cada vez que escucho determinada frase que ahora voy a decir me dan ganas de cerrar los nudillos, apuntarle a la nuez del que lo dijo, golpearlo allí y hacerlo quedar varios minutos respirando muy mal. Esto me pasa cuando escucho decir que “al final, con el presidente riojano de los ’90 estábamos mejor”. ¿Cómo quedó Argentina después que Cavallo vendió todo, privatizó todo y logró el uno a uno?
¿A cuántos técnicos de fútbol en Estudiantes y Gimnasia que lograron buenas cosas les escucharon sincerarse así? A ninguno. Van, compran, traen, dejan al club embargado, se llevan la gloria, la gente los tiene como ídolos y después que al club lo salve magoya. Así cualquiera es ídolo eh.
Por eso yo hablando como siempre. Lo hago con una admiración increíble; siento un afecto como si hoy estuviese pasando por Mariano Mangano y toda su Comisión Directiva que vio el Country donde nadie en su vida hubiese imaginado que ahí podía funcionar un campo deportivo, que cuando Estudiantes iba al descenso lo trajo a Don Osvaldo. Sube el día que confió en Ignomiriello o Kistermacher.
La hazaña más grande del fútbol argentino que es dar la vuelta en el Old Trafford en una caldera realmente prendida fuego que lo único que quería era la muerte de 11 jugadores con la camiseta blanca con dos lineas rojas a un costado. Por eso yo digo y lamento obviamente que no pase, porque a los directivos de hoy no les debe convenir en absoluto que se sepa, las generaciones lo van ignorando y no les conviene que en las nuevas generaciones se conozca.
¿Cuál es la realidad del nacimiento de la gloria de Estudiante? Todo lo que vino después es como dice una vetonga ya venida menos. Es colgarse de aquello que se logró en la década del ‘60 porque ni el título de Simeone, ni los títulos de Bilardo, ni los de Sabella, ni los de nadie absolutamente nadie, se pueden comparar con aquellos títulos de la década del ‘60. ¿Y saben por qué? Porque en la década del ‘60 Estudiantes estaba en el descenso quebrado, se reforzó con casi jugadores que venían a cumplir su última etapa al club y jugadores hechos a la semejanza del Maestro Don Miguel Ignomiriello.
Lo que pasa que todo el mundo tiene miedo en decirlo y yo no por eso tengo a veces tantos adversarios. Yo odio cuando se trata al hincha o al plateísta de gil o de bobo. Pero a veces algunos se lo merecen, porque se comen cualquier caramelito y le dan gloria, le dan historia y aires de campeón a aquellos que realmente no lo merecen.
Hay que decirle a las generaciones nuevas que tanto Gimnasia como Estudiantes en épocas muy duras en las que se jugaba casi con pelotas de cuero duro y sin césped, donde no había televisión y no había absolutamente nada más que la revista El Gráfico o un diario de porquería para informarse, hubo muchos equipos que crearon la gloria de Gimnasia y por los logros deportivos de Estudiantes. Los de hoy deberían jugar con el hambre y las ganas de los de ayer.
Nosotros, los que pertenecemos a generaciones anteriores, tenemos que avivar para que la gente no sea boba y para que los jóvenes no sean gilada.
El domingo, en un nuevo clásico, los jugadores tendrán la chance de demostrar y honrar la camiseta o seguir mostrando este libreto, por momentos insulso, que propone el fútbol moderno que vemos todos los fines de semana.