Verón visitó la redacción del diario Hoy

“Lo más lindo de ser presidente es tener la posibilidad de cambiarle la vida a alguien”

En una visita a la redacción de diario Hoy, Juan Sebastián Verón adelantó que 2018 será uno de los años más relevantes en la vida del Pincha. Además, afirmó que seguirá los pasos de su padre y que siempre estará ligado a la institución albirroja. La Selección argentina, el ciclo de Bernardi y el futuro mercado de pases, en una extensa nota que se emitirá en tres envíos 

Los jeans cortados de última generación, la camisa al tono y la convicción en el camino elegido, rasgo distintivo de la personalidad del presidente de Estudiantes. Juan Sebastián Verón nunca duda, se apoya en su equipo de trabajo, piensa y reflexiona, pero cuando tiene que tomar una decisión va al frente. 

Ayer, sin ir más lejos, recorrió el estadio de avenida 1, atendió el requerimiento de unos socios y se hizo tiempo para visitar la redacción de diario Hoy

De buen semblante y con la educación como emblema, extendió el brazo derecho para saludar a cada uno de los empleados que se cruzó en su camino. Se predispuso para las fotos de rutina, intercambió anécdotas y le dio forma a una charla amena por más de 50 minutos, en la cual analizó el presente del 

Pincha, la actualidad de la Selección y su futuro ligado a la ciudad de La Plata. Verón, en su versión más auténtica, dejó un mensaje de fin de año y anunció que 2018 será uno de los más importantes de la historia contemporánea de Estudiantes.

—¿Cómo encuentra este fin de año a Juan Sebastián Verón?

—Bien. Después de la renovación en la Asamblea, se mantienen los objetivos y se replantean desafíos. Será un proceso importante para Estudiantes, comenzando por el estadio. La visión que tenemos es seguir haciendo grande al club.

—Llegaste en 2006 y hace tres años sos presidente: ¿fue difícil cambiarle la forma de pensar al socio de Estudiantes, que estaba acostumbrado a otra clase de dirigentes?

—No sé si lo fui cambiando yo, creo que el club fue mutando solo. En 2006 se dio el vuelco con el campeonato, eso aumentó la masa societaria y comenzamos a ser protagonistas. Aunque también nos exigió más infraestructura, y la cabeza del dirigente se fue modernizando. Todo fue una constante evolución y eso hizo a la vida de la institución. El club tomó otro camino y se metió en los barrios, tras un gran trabajo social. La mentalidad fue variando, pasando de un club de ciudad a una institución cada vez más grande. 

—El año próximo se da vuelta la rueda y el hincha dejará de viajar a Quilmes

—Eso es consecuencia de la salud del club, de la economía. Encontrar una institución estable y fuerte sirve para tener equipos competitivos. Desde 2005 para acá, Estudiantes estuvo en la pelea de torneos nacionales e internacionales, eso denota una apuesta para jerarquizar los planteles y también da cuenta de un trabajo serio en las Juveniles. Todos los equipos competitivos tienen un núcleo fuerte de jugadores de la cantera. Cuando el club está saneado, podés proyectar y planificar lograr un título. Estamos en esa construcción. 

—¿Te permitís disfrutar del presente institucional de Estudiantes o tu nivel de exigencia te pide siempre algo más?

—Es difícil, porque siempre se quiere algo más. Pretendemos que el club muestre su mejor versión para estar todos contentos. En esa búsqueda de encontrar el equilibrio, en general, te quedás insatisfecho. Tenemos que tener el mejor equipo para gestionar estos pasos que se están dando. Hay cuestiones que me ponen contento, por ejemplo, el trabajo social que hemos hecho. En otras debemos hacer hincapié, destinar más infraestructura y recursos en los deportes.

—¿Qué sigue después del estadio?

—La idea es consolidar la institución. Tenemos la capacidad de ser uno de los mejores clubes de la Argentina y debemos trabajar en la educación. No solo dentro de la cancha, sino también fuera de ella, eso hará que las empresas inviertan en el club, con lo cual podríamos mejorar las condiciones de los deportistas. Debemos consolidarlo, no solo con el discurso, sino también con los hechos. Tendremos un estadio sin barreras y sin alambres, pero debemos hacer un trabajo de conciencia para que la gente entienda lo que es vivir un evento deportivo, para pasarla bien. Queremos un cambio de paradigma en este deporte. 

—¿Qué es lo más difícil y lo más lindo de ser presidente de Estudiantes?

—Lo más difícil es mantener a todos contentos y estar en todos lados. Lo más lindo es la representatividad y tener la posibilidad de cambiarle la vida a alguien. La política es eso, el hecho de poder hacer algo para que el otro se sienta bien. Cuando creás ese ambiente, es la satisfacción más grande. Lo mejor es darle algo al club y tener un impacto directo en la gente. 

—¿A Bernardi se le tiene que tener paciencia?

—La paciencia se la va a ganar con los resultados. Los procesos tienen su tiempo y él entró con un campeonato que ya había empezado. No es fácil moldear un equipo con una cierta idea. Las reglas del juego marcarán la realidad. Es un técnico con una característica que nos acerca mucho a lo que hacemos en Juveniles. Eso es lo que siempre tratamos de tener: que pueda llegar a los más chicos. 

—En los últimos años la elección de entrenadores fue de estilo moderno, ¿por qué apuntan ahí?

—En Juveniles vamos por ese camino. Las distintas metodologías modificaron las estructuras en la formación de jugadores. Nosotros lo fuimos modificando y hoy estamos a punto de terminar el campo de césped sintético del Country. La infraestructura es fundamental en esto y la continuidad del entrenamiento también. A ese avance hay que seguir profundizándolo conjuntamente.

—¿Qué sentís cuando hoy sale a la luz un caso como el de la supuesta venta de Tití Rodríguez?

—Me parece raro cuando se hace este tipo de cosas, acusaciones. Yo creo que el periodista tiene que ir a la fuente. Está todo plasmado en el club, en los balances. No andamos escondiendo nada. Por eso, de esas cosas, que tienden a herir, a lastimar, me corro. Fastidia, porque se falta a la verdad. Cuando se entra en esa rueda y en ese ambiente, de querer herir, uno se da cuenta.

—Te retiraste y estás jugando en el Senior, ¿lo disfrutás?

—No tanto (risas). Uno compitió y no quiere perder. Al margen de que la pasamos bárbaro estando entre amigos, la realidad es que mi deseo es ganar siempre. Si no gano, me enojo, por lo que no la paso bien. Es algo que vamos a llevar siempre, pero que está bueno. Nos juntamos con varios chicos que jugamos en Primera y son del club. La pasamos muy bien, hasta que perdemos… (risas).

—¿Extrañás entrar a un vestuario y sentirte en competencia?

—La verdad es que no. Ocupo y ocupé el tiempo ya bastante. Además, el hecho de poder seguir  jugando algún campeonato, representando al club, me saca esas ganas. Obviamente llegar al vestuario el día de partido te moviliza, pero hoy me encuentro en otra etapa.

—¿Cuál es la función que cumplís en la Selección?

—La de estar. La realidad es que hay mucho para hacer, y para hacer hay que tomar decisiones. La idea es poder profundizar esto que se está haciendo. Creo que en la etapa formativa se puede hacer un trabajo más amplio e integral y estoy seguro de que eso va a tener resultados muy positivos para el futbolista juvenil. Esto apunta, por un lado, a lograr la infraestructura necesaria en lo referente a los equipos de trabajo. Por otra parte, además de la importancia de un grupo de trabajo o un cuerpo técnico, es clave tener en cuenta el componente social, la parte psicológica, la nutrición, la neurociencia. Hay que involucrarse, despojarse de distintas cosas y tomar decisiones, que es lo más difícil.

—¿Cómo viste al equipo de Sampaoli?

—Después de un proceso difícil, donde pasaron distintos técnicos, se cambió el perfil e incluso variaron las formas: Argentina hoy está dentro de un Mundial, tras haber pasado una Eliminatoria realmente compleja. El técnico se encuentra en esa etapa en la que tiene que encontrar el grupo y, sobre todo, el equipo. Eso lleva su tiempo y la verdad es que no sobra. Creo que tendrá que trabajar mucho sobre lo que él considere mejor en este período previo al Mundial. Ojalá lo pueda conseguir. Sobre lo que pasó el otro día con Nigeria se pueden sacar varias conclusiones: es preferible que estas cosas pasen ahora y no en la Copa del Mundo.

—¿Hablás con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino?

—He hablado mucho en su momento. Converso bastante con quienes lo rodean, que en su mayoría son exjugadores, muchachos con los que he compartido cancha. 

—¿Se puede decir que Estudiantes se metió en la mesa chica de las decisiones en la AFA?

—El club viene trabajado mucho en esto. También en el armado de la liga y en el de la nueva dirigencia de la AFA. La institución ha retomado el lugar preponderante, eso habla bien de la representación que tiene Estudiantes hoy en el fútbol.

—¿Hay Verón para rato en el Pincha?

—Yo tengo la referencia de mi viejo, aunque eran otras circunstancias, otras situaciones. Mi papá mantiene el vínculo con el club y eso nos lo trasladó siempre: estando, siendo protagonistas, vamos a seguir al lado de Estudiantes de La Plata. Si es por diez años años, por cinco o por veinte, se verá, pero esa relación que tenemos con el club, dada genéticamente por mi viejo, va a seguir estando.

—¿Te ponés plazos?

—Ponerse plazos en esto siempre es difícil… Mis historias en los clubes habían sido siempre de dos años y hasta hoy sigo en Estudiantes. No me pongo plazos. Obviamente no quiero que la gente se canse o piense que quiero perpetuarme en el club o en el poder. Cuando sienta eso, o que no le estoy dando todo lo que le tengo que dar, dejaré a alguien que tenga la suficiente fuerza como para comandar una dirigencia, aunque me voy a mantener ligado al club.

—¿Cómo manejás la exposición mediática?

—La exposición me la dio mi carrera; si tuve poca o mucha trascendencia fue por lo que hice dentro de la cancha. En cierta medida, convivo o trato de convivir con esto. Igualmente, cuando hay una falta de respeto, se rompe algo y realmente no siento la necesidad de componerlo, por lo que me aparto. Con aquellos que puedo discutir sin problemas, sosteniendo un ida y vuelta con respeto mutuo, no tengo problemas en aceptar las críticas, como lo hice siempre durante mi carrera como jugador y como dirigente. Sé que fallo y que puedo tomar malas decisiones, pero siempre busco hacerle bien al club.

—¿Con quién hablás sobre eso?

—Lo hablo con mi familia, con muchos miembros de la Comisión. Uno está tomando constantemente decisiones y el que decide, algunas veces falla. Por eso, cuando se realizan algunas acusaciones que solo apuntan a perjudicar, prefiero correrme. 

—Cuando dentro de poco más de un mes Verón levante la copa a fin de año, ¿qué va a pedir?

—El próximo año será uno de los más importantes para todos los hinchas de Estudiantes, sin ninguna duda. Ojalá que 2018 nos encuentre brindando por nuestra vuelta al estadio de 1 y 57. Eso sería redondear una gestión de muchos años.

Bajo la lupa de la Brujita

Durante la extensa charla brindada ayer en la redacción de este medio, Juan Sebastián Verón no le esquivó al bulto cuando fue indagado sobre diferentes personalidades del ambiente del fútbol. 

Además, le dejó abierta la puerta al regreso de Sabella para que pueda acompañar en el Country (no como entrenador, porque el puesto está bien otorgado a Lucas Bernardi) y confirmó que mantiene contactos con exjugadores del Pincha, como José Sosa o Marcos Rojo, a quienes suele aconsejar. 

Respecto a esto último, afirmó: “No es una utopía pensar en la vuelta de algunos futbolistas. Me parece que hay que entender los tiempos, cada uno elige su momento. Acá no estamos para juzgar cuándo y cómo. Pero si van a tomar la decisión en algún momento de volver, que lo hagan cuando estén bien, porque la exigencia va a estar y la realidad es que el hincha se queda con la última imagen tuya, que tiene que ser la mejor, por eso siempre mi recomendación es esa. Nos pasa a todos. Al Ratón Ayala no le fue muy bien cuando volvió para jugar en Racing. Lo mismo le pasó al Kily González, y eso se recuerda. Antes, en la década de los 80, los jugadores volvían a su club ya grandes, como mi papá cuando regresó a Estudiantes, pero era otro fútbol, mucho más adaptable. Hoy, si físicamente no estás bien, te pasan por arriba, y va a quedar esa imagen, que no es la mejor. El hincha, en el primer partido, te exige, pero en el tercero ya va a querer ver, por ejemplo, al Sosa que vio”, explicó el presidente del Pincha.

“Con Alejandro (Sabella) mantengo contacto y, a través de Dubarbier, nos enteramos de que está mucho mejor. Ojalá pronto lo podamos tener por el Country”, contó sobre el extécnico de la Selección. 

Por último, el presidente del Pincha no quiso entrar en polémicas con Diego Maradona, quien en las últimas horas se postuló para volver a ponerse el traje de la Selección: “¿Qué podemos hablar de Maradona? Siempre ha opinado sobre estas cosas. El que conoce a Maradona sabe cómo es”.