Madonna hizo delirar a más de un millón y medio de personas en Brasil
Para el espectáculo llegaron fanáticos de todo el mundo a Copacabana, Rio de Janeiro.
Mientras participa de uno de los pocos rodajes cinematográficos de la actualidad, analiza el presente del mundo audiovisual.
07/05/2024 - 00:12hs
Hace algunos días comenzó el rodaje de Desbarrancada, segunda película como directora de Guadalupe Yepes (Corte), con Carla Pandolfi como Gina, una mujer que intentará cumplir con sus deseos a pesar del entorno y la opresión en la que vive. Hablamos con ella para conocer más en el set de la película ambientado en los años setenta.
–Estas filmando en medio un contexto complicado, ¿cómo se siente eso?
–Tuve muchas contradicciones, un poco me pasaba que por momentos me siento totalmente agradecida, pero tenía mucha pena por todos los compañeros y compañeras que no lo están pudiendo hacer eso. Me pasa como en lo personal, y tratando de dejar lo emocional de lado, que es rarísimo lo que está ocurriendo, siento de todas maneras por lo que se charla en el grupo de todos los que conformamos la película, que no somos nada más que los actores y los directores, sino todo el equipo técnico, la necesidad de reagruparse y de volvernos a encontrar en lugares como estos, de creación, con lo que haya, entonces se empiezan a escuchar como cosas que bueno, hay que salir a filmar a la calle, hay que documentar la transformación de lo audiovisual o lo teatral, que está también con muchas obras, hay mucha oferta pero porque todos necesitamos trabajar. Yo tengo la sensación de que hay como un resentimiento contra nosotros, como si los actores fuésemos, partidarios o no de este gobierno, cada uno hablará por cada uno, que es un momento en donde me toca participar en este caso de un rodaje, disfrutarlo, lo que más se pueda, valorarlo y también nos pone en un en una situación muy distinta, porque también los tiempos son muchos más chicos. Nosotros estamos en una película de casi cuatro semanas y que habla de época con la complejidad que hay, a todos y a todas nos pone como en un lugar de mucha precisión y todos tenemos la astucia y la capacidad de lograrlo. Se ve el talento argentino que hay y que se potencia. Cuando grandes referentes de la industria, que están mucho más metidos en la parte de producción, hablan de que los proyectos que se realizan acá generan muchos ingresos al país, entonces no hay que descuidar eso, porque si no es contradictorio con lo con lo que se está hablando, hay un recorte de una actividad que genera, que aporta y que se autoabastece y que tiene un funcionamiento que nunca se lo cuestionó, es querer meterse con cosas que funcionan bien. Yo estoy de acuerdo que haya que revisar y ver dónde no y dónde la cosa se estira y se hace un poco chicle, está bien, pero no este desguace que se está haciendo, con el INCAA, con el Gaumont, con el Instituto Nacional del Teatro, que son todas fuentes de trabajo para mucha gente, muchas familias.
–Tenés que disfrutar mucho de esto, porque además la directora lo había escrito para ella misma protagonizarlo y finalmente te eligió...
–Sí, es un proyecto que viene hace muchos años y yo sumamente agradecida de que haya pensado en mí como una opción posible. A mí el personaje me encantó porque me parece que tiene un abanico muy amplio que te permite actuar muchas cosas, muchas de las cuales yo nunca había podido interpretarlas, porque por lo general me llaman para componer personajes bien distintos, desde una villana, una tía aventurera, la abogada de Un gallo para Esculapio, son todos desafíos, en teatro también cosas completamente diferentes, comedia, y a mí me gusta componer, armar, que se vea algo de eso. La época es personalmente lo que más lejos tengo pero tengo un registro de eso y también entiendo como cualquier buen actor o buena actriz que sabe que el físico da y bueno, se pone al servicio, pero Gina es un personaje hermoso, tengo escenas con compañeros muy grosos Pepe monje, Luis Machín, Fran Andrade, no me quiero olvidar de nadie, pero mucha gente que está colaborando y está participando con personajes también muy lindos, tuvimos mucho laburo de ensayo, mucho armado ahí, mucha reunión, charla va y charla viene y bueno algo de todo eso empieza a calar en uno y empieza a soñar con la película. Hace meses que me pasa y voy a escribir algo de todos los sueños que voy teniendo porque son como la mezcla más perfecta de la ficción y la realidad, porque hay algo del relato de la película que es muy actual, entonces eso muy graciosos, y en mis sueños se mezcla todo. Además hay un punto muy grande de encuentro de la actualidad con la película, con lo que sucedía en la película obviamente que a nivel del personaje lo femenino, el empoderamiento de las mujeres, pero no como la frase hecha, sino de quien se anima a decir las cosas que no nos gustan, es un poco lo que tenía este personaje en una época que era muy difícil para hacerlo, porque corría riesgo su vida directamente, que no es algo que pase hoy. Esta idea del feminismo como que se cree que nació por generación espontánea, pero hay mujeres que vienen trabajando desde hace mucho tiempo y también es importante contar eso, todo ese proceso revolucionario y de cambios, siempre hay un momento en donde el péndulo va hacia arriba para después volver a bajar hasta que encuentre un equilibrio. Yo tengo 42 años y hay formas de las cuales aprendí, mi madre ha tenido muchas situaciones machistas en mi crianza, que yo las he visto, pero también en mi caso particular había algo como de marcar un límite.