entrevista

Eugenia Guerty: “Esta obra es un bálsamo”

La actriz reflexiona sobre la importancia del teatro, especialmente en un momento en el que la ficción nacional en la televisión ha disminuido.

Todos los domingos se presenta en el teatro Astros (CABA) la celebrada Cae la noche tropical, con Leonor Manso, Ingrid Pelicori y Eugenia Guerty. Esta obra que nació en el teatro San Martín sigue en el circuito comercial, entrañable, a pedido del público que las continúa acompañando, y para conocer más de la vuelta al escenario y su pensamiento sobre los actuales ataques a la cultura, hablamos con Guerty.

—¿Cómo vivís cada vuelta de esta obra tan hermosa y que se fue adaptando a diferentes espacios?

—Cada vuelta es una fiesta, es un festejo, como lo es cada función, porque la verdad que es una obra, que digo, ya sabemos las actrices, las obras no tienen techo en general, o en un sentido muy fino, pero realmente volver a sentir ese techo, ese vuelo, esa estratosfera en cada función es increíble. Uno ve qué es lo que pasa con el público y es como cada vez más hondo, más profundo, más distinto, incluso en la risa es más profundo. Hace poco hablábamos con las chicas que hay en la obra, que fue tan maravilloso, que funciona creciendo esta sorpresa para nosotras mismas, de cómo el público recibe cada vez más la obra con una intensidad mayor. Con lo cual, de emoción en todo sentido, es única, como si hubiéramos puesto un plus de algo y bueno, el contexto está muy árido, entonces esta obra es un bálsamo, es una medicina ancestral. Porque tiene algo de cosas ancestrales que son emociones básicas, vínculos básicos de la de la vida, necesarios, de cómo es la hermandad, cómo es la resiliencia, de darte una última a oportunidad o seguir dándote oportunidades hasta el último trago, en la vida, en la carrera, de las que cada uno que uno nunca sabe tampoco cuando es. Porque siempre pensamos que vamos a morir viejitos y no lo sabemos, ojalá. La verdad es que es muy amplio, y hay algo que yo me encontré diciendo, creo que se disfruta mucho, una obra donde la gente se trata bien.

—También es lo que la gente está buscando en el teatro, ese espacio de refugio, de comunión, de encontrarse con ustedes... Antes uno prendía la tele y los veía a cualquier hora, y ahora está difícil también eso...

—Totalmente, porque si bien estamos todos acostumbrados, la gente quiere ver y escuchar hablando, decir algo en el momento que quiera, los actores de su propia tierra. Antes había diversidad y cantidad de ficción nacional.

—La obra toca muchos temas que movilizan a todos, con una ternura y algo entrañable...

—Yo creo que la gente sale un poco mejor persona de ver la obra, no sé cómo decirlo, por su bondad, belleza y amorosa que es, lo amoroso, hay que ponerlo de moda de nuevo.

—El chisme es clave en la narración.

—Porque creo que atraviesa a todas las personas del planeta, quien más, quien menos, cuenta cosas de otros, por eso ellas también lo hace como una especie de telenovela, de prender una tele y ver una telenovela, que la van armando. No son dos personas que a través de un video, de una ventana, están viendo pasar a una vecina llenándose de prejuicios y deseándole el mal. No, al contrario, en ese caso el chisme entre ellas tiene que ver para mí mucho con esto de la historia, de la telenovela, o de una novela. En un momento me prometiste que me ibas a contar qué fue lo que pasó después y quiere que lo enlace y esa es otra de las maravillas, porque estar compartiendo con las compañeras desde atrás y la voz del relato de Manuel Puig. Esta es muy fiel la adaptación de su escritura, escribe maravillosamente y te va llevando al relato de la historia, la interpretación de las chicas, cuando ellas van contando esta historia de una a otra de las hermanas. Es como decirle: “Leé esta historia, contame, se van de viaje”, y eso es de las mejores maneras que te invita el teatro, la literatura, la cultura, la música, la plástica, que te invita a ir de viaje.

—Antes hablamos de la ficción y de poder contar nuestras historias y que la gente las vea en la tele, ahora está todo en el streaming y muchas cosas están filmando afuera, pero no es lo mismo, ¿extrañás eso?

—Sí, yo lo extraño. Yo creo que se extraña. Creo que el streaming se puso de moda, pero como espectador extraño la ficción en la tele, las telenovelas de la tarde. Ahí siempre aparece el tema de los costos, pero si vas a poner una lata, yo prefiero que hagas una nueva. Pero si van a poner una, que pongan telenovelas de otros tiempos. También pasó con las telenovelas locales, algo que la tele hizo mal, las empezaron a cortar y las empezaban a cambiar de horario, eso también las perjudicó.

—¿Cómo sigue el año de trabajo?

—Estoy un poco volviendo a un primer gran amor, que además me gusta, me sale y me entusiasma. También era algo que tenía pendiente, estoy volviendo a sentir el poder de la improvisación. Estoy retomando mis cuestiones con la impro, que para mí es muy ­alucinante como espectáculo, en sí mismo, como entrenamiento. ­Además del boom que hubo en el tema en los años 90, y que por ahí ­colaboró mucho con toda la camada gigante de actores y actrices que hubo en su momento, más la ­financiación a través del Estado de ciertos organismos para fomentar la creación y la interpretación nacional.

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