Una de las más grandes actrices de Argentina y del mundo presenta nueva película. En breve regresará a España para continuar con el trabajo en una revolucionaria serie.
El 5 de enero llega a los cines Las fiestas, la nueva película protagonizada por Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Daniel Hendler y Ezequiel Díaz. Presentada en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el filme cuenta cómo tres hermanos, uno un poco por obligación, otro por culpa y otro tanto por soledad, deciden acompañar a su madre, recientemente salida de una larga internación. Los actores presentan un duelo de interpretación dotando de una vitalidad inusual a sus personajes, al punto de que se desprenden de la pantalla para habitar ya en cada uno de los espectadores. Para saber más del proyecto, su reciente trabajo en España con Los Javis y su eterna historia con Fito Páez, diario Hoy dialogó en exclusiva con Roth, quien compartió sus mejores momentos.
—¿Cómo fue sumarte a este proyecto con tantos amigos?
—Me lo venían contando y yo ya les había dicho que sí sin el guión, te lo podrás imaginar, y cuando lo leí me encantó. Es hermoso trabajar con ellos y en ese momento fuimos una familia real, por lo que no hubo que construir mucho eso; sí los roles, yo sintiéndome madre de ellos y creo que trabajé mucho sobre mi maternidad real, con mi maternidad real. Y sí, hubo momentos en los que me sentía su madre, la madre de todos ellos, y sentía que no sé si había sido una buena madre.
—¿Llegaste a preguntarte eso por el personaje?
—Totalmente.
—Porque por momentos amamos al personaje, en otros lo odiamos, como les pasa a ellos…
—Pero yo, que era María Paz, en ningún momento me odio o pienso que hice algo malo. Pero a ellos a lo mejor sí o, hablando como el personaje, les jodió algo que yo hice en alguna parte de mi vida, que tenía totalmente el derecho de hacerlo. Pero hay un cuestionamiento de los padres y madres, que es que nada de lo que se hace puede ser pensado con la intención de hacer mal. Al contrario, siempre se está pensando que se está haciendo algo bueno o se tiene una justificación, y a lo mejor como hijos o yo como hija pensaba otra cosa, sintiendo que era algo que no nos hizo bien. Pero bueno, es así, las relaciones con los padres son muy complejas y no solamente complejas, llenas de diferentes sensaciones y emociones; son los seres que más amamos y también, seguramente, los seres que más nos pueden sacar.
—Y más en “las fiestas”, después de tantas preparaciones...
—Yo perdí a mi madre hace dos años y la sensación es tan extraña, que todavía hablo con ella y hablaré mucho, por supuesto, porque las madres son la eternidad, también es eso. Pero en relación a cómo nos comportamos como madres, hay una frase de Donald Woods Winnicott, psicoanalista y pediatra, dice: “Lo estoy protegiendo, pero creo que es así”. También dijo: “Es una buena madre aquella que quiere tirar a su hijo por la ventana y no lo hace”, y creo que es así, porque la intensidad de un vínculo materno es así, te dan ganas de tirarlo por la ventana, pero no lo hacés, creo que pasa por ahí.
—Y que además en determinado momento la situación se da vuelta...
—Pero ni hablar, y los padres piensan todo el tiempo que hacen lo mejor. “¿Qué hice yo?”, dicen, pensando que hicieron lo mejor, o también el “Yo no me di cuenta”, el “No me di cuenta de verdad, no sabíamos”, esa es otra.
—Ahora se estrena Las fiestas, pero venís de trabajar con Los Javis en su nuevo proyecto La mesías. ¿Qué podés adelantar?
—Sigo con ellos, creo que son el presente y el futuro, son unos directores extraordinarios, son gente extraordinaria, personas hermosas. La serie es extraordinaria porque ellos se meten con historias reales y las llenaron de un rulo muy particular, y estoy muy feliz de que me hayan convocado. Feliz, porque fue bárbaro el rodaje y seguirá ahora en febrero o marzo y me hace muy bien estar en España, me hace muy, muy bien.
—Estuviste presente en uno de los recitales que Fito Páez dio en el Movistar Arena como parte de su gira El amor 30 años después del amor, y vimos una escena hermosa. Contanos algo de ese momento...
—Fue muy emocionante, realmente fue muy emocionante, porque además son 30 años de El amor después del amor y el tiempo pasa y no te avisa. Es como guau, porque es como que fue ayer, pero también es hermoso tener esa imagen y esa memoria sensorial de que eso pasó y está; y está en mi cuerpo, está en mi corazón, está en mi alma y estará siempre. Además, hay un presente, un presente de mucho amor. La sensación mía fue de “no hay nadie, estamos los dos solos”.
—¿Como de “es la primera vez que me canta la canción”?
—No, más de “estamos los dos solos”.
—Qué lindo que pase eso...
—Sí, y somos los mismos, es una cosa increíble; porque obviamente uno cambia, te pasan cosas, montones de cosas a lo largo de la vida, pero hay algo de la esencia de cada uno que sigue siendo la misma. Hay algo de mi amor profundo por Fito que es el mismo.