Después de formar parte de 107 Faunos, Miguel Ward sigue enfocado y ensancha su recorrido como solista. Ahora tiene un flamante EP y sobre ello cuenta en esta entrevista con Diario Hoy.
Miguel Ward parece no tenerle miedo al futuro. El músico y compositor hasta 2015 formó parte durante varios años de 107 Faunos, banda que marcó el indie de la ciudad. Ahora, volcado de lleno como solista, está estrenando tres nuevas canciones que podrían pensarse desde el pop o desde la canción alternativa. El EP lleva por nombre El día ya está acá y las canciones son: Nueva familia, Río e Isla de plástico. En esta entrevista con Diario Hoy, cuenta sobre estas canciones de tinte melancólico.
—¿Te reconocés, como solista, en el lugar de canción pop alternativa?
—Me gusta esa definición. Como de pop corridito, sea por la búsqueda sonora o la apuesta en las letras. Parece en desuso lo alternativo, o subsumido al indie, pero me sigue generando un eco de frescura, algo que no termina de encajar en lo dado. La intención pop de condensar algo universal y lo alternativo que apunta a subjetividades que no se reconocen en las tendencias más consagradas. Las imágenes que se desplazan desde el interior al paisaje, o viceversa, me siguen cautivando. Es como una intención poética del movimiento, o un baile entre los objetos y la mirada. El EP es el cierre de una etapa y la apertura de otra.
Son canciones producidas por Lucas Marti y grabadas en su estudio en Villa Ortuzar durante la última etapa de pandemia. Las tres fueron compuestas durante esa época, no tenían mucho tiempo de reposo. Ahora, a la distancia, se actualizan y también llevan al color de esos años. La sensación de fin y comienzo a un solo chasquido vino para quedarse.
—¿Cómo fue el trabajo con Lucas Martí, con quien pueden encontrarse, además, consonancias sonoras?
—Hace mucho que quería trabajar con él, y nos pusimos de acuerdo en ese contexto de pandemia. Fue un proceso muy fluido. Nos re entendimos. Mi intención era que tuviera momentos de oscuridad, pero que hubiera momentos también de cierta transición hacia la luz. Que las canciones no sean un recitado bajonero, sino que estuvieran los dos universos: el de las cosas que brillan y el de las cosas que no. Lucas me sacó un poco del registro que venía manejando y le dio una frescura distinta a estas canciones.