Iván Löwenberg presenta su nueva película

El realizador se muestra feliz por el estreno local del filme

Espectáculos

22/12/2022 - 00:19hs

La coproducción mexicano argentina No quiero ser polvo, dirigida por Iván Löwenberg, llega hoy a los cines con una mirada reflexiva sobre mitos, creencias y cómo estos influyen en las personas. Inspirada en hechos reales que le ocurrieron al director y a su familia en México durante la década del 90, Bego Sainz, madre de Löwenberg, encarna a esta mujer perdida entre aquello que le dijeron que acontecerá y el fin del mundo. Para saber más sobre la película, diario Hoy dialogó con el director en exclusiva.

—¿Cómo fue dirigir a tu mamá? ¿Por qué decidiste que ella era la mejor protagonista para tu nueva película?

—Fue más sencillo de lo que había pensado. Con ella siempre me llevé muy bien, ella es muy histriónica, se le da natural lo de actriz, y si bien pensamos que podía haber roces, muchos de la película son amigos, así que todo fluyó. Me hizo caso, no renegaba y la entendió muy bien.

—Decís que tienen una buena relación, menos mal, porque pensé que era la que vemos en la película...

—No, no es esa, eso fue un ejercicio de autoparodia.

—¿Cómo se originó la propuesta, que tiene, además, una mirada interesante sobre cómo son cooptados adultos mayores por falsos profetas?

—El origen origen tiene que ver con una historia familiar de los años 90, yo era muy chico, y el círculo de amigos de mi papá tenía un culto con la teoría de que el fin del mundo iba a suceder, asociado a tres días de oscuridad. Luego en 2010 resurgió y se me ocurrió hacer algo al respecto indagando qué le pasa a la gente para que pueda adoptar el fin del mundo como posibilidad. Adapté esto al personaje central, que tiene alrededor de 60 años, analizando cómo lo puede vivir alguien ahora.

—¿Qué proceso de investigación hiciste?

—La inicial fue sobre los tres días de la oscuridad, me di cuenta al escribir el guion que esto se repitió en varios momentos de la historia, y siempre se piensa en tres días.

En los años 90, criado en el new age, volvió a aparecer lo de los tres días de oscuridad. Así que el mix de creencias tiene que ver con cuestiones presentes en mi familia, sumando a esta vecina cristiana que enfrenta a la protagonista.

—¿Rodaste en pandemia? ¿Trabajaste de manera remota con el equipo argentino?

—Sí, y toda la dinámica con la Argentina se tuvo que modificar, y solo se hizo la posproducción en ese país y sumamos actrices que vivían en México. Cuando aquí bajó el tema de la pandemia, rodamos en crews ­limitados, distanciados, en medio de los contagios.

—Hay varias escenas con mucha gente, en espacios cerrados y escenas al aire libre...

—Sumamos a todo el crew, que nos prestó sus espaldas, y sumamos pocos extras para mantener al equipo lo más seguro posible.

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