Aretha Franklin, una diva con una vida difícil

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda a la cantante fallecida

Nacida en los años 40, la joven Aretha Franklin creció en el seno de un hogar muy religioso. Su papá era un pastor y su mamá abandonó el clan para irse.

La mujer creció con una educación severa y en su adolescencia comenzó a cantar en un coro góspel, convirtiéndose en una estrella. Por ese entonces firmó un contrato con un sello discográfico y empezó su carrera hacia el estrellato.

Al llegar los años 60, la artista conoció a quien sería su primer marido, Ted White. Se casaron y tuvieron un niño. Sin embargo, no todo era color de rosas, ya que en el hogar la violencia doméstica era moneda corriente y después de ocho años solicitaron el divorcio para seguir por caminos separados. Esto sucedió en 1968.

Luego, Aretha tendría otros romances de igual importancia. El primero se dio con el actor Glynnn Turman, también contrajeron nupcias y estuvieron juntos por seis años. Tras esta relación llegaría la de su colega Ken Cunningham, y se convirtieron en padres de Kecalf. La cantante volvió a separarse y disfrutó, con creces, de su soltería. Durante ese etapa, su fortuna no paraba de acrecentarse, aunque a la par lo hacían sus deudas. No pagaba los impuestos a la administración norteamericana, y tuvo más de un problema con la ley.

Un momento difícil llegaría con el advenimiento de los años setenta, cuando su padre sufrió un asalto en su casa y recibió un disparo en la cabeza que lo dejó en coma por cuatro años hasta que finalmente falleció. Talentosa y comprometida con las causas sociales, la intérprete sufría de ataques de pánico que no pudo resolver con ningún tratamiento, sumándose una fuerte adicción al alcohol y a los cigarrillos. Por otro lado, tenía un desorden alimenticio que la llevaba a subir y a bajar de peso.

Por ese entonces disfrutaba de la fama que le brindó su carrera construída con esfuerzo y perseverancia y gozaba del reconocimiento por los sencillos I say a little prayer, Call me y Chain of fools. Otras canciones muy representativas de su recorrido artístico son Respect y Think. Asimismo, su álbum Amazing Grace fue considerado el más exitoso en la historia del género góspel. Coronada como la número uno, ganó varios premios Grammy.

Con el correr del tiempo, la salud de la diva involucionó, trascendió que estaba transitando una enfermedad terminal y comenzó a retirarse de los escenarios. De esta manera pudo enfrentar la situación junto a sus seres queridos y amigos como Stevie Wonder, entre otros. A pesar de los esfuerzos, la mujer perdió la batalla y falleció en su casa ubicada en Detroit en 2018.

Con una exitosa carrera como cantante y compositora, Aretha también es recordada por su trabajo militante en pos de los derechos civiles y humanos en Estados Unidos. Sumado a eso, fue una revelación a la hora de hablar de las conquistas y luchas con respecto a las aristas de género.

Por último, al morir, la mujer no dejó un testamento, por lo que sus bienes estuvieron administrados por sus hijos.

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