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¿La mejor sitcom? Netflix agrega un clásico a su catálogo

La plataforma de streaming amplía su biblioteca con una comedia amada por todos.

Las nueve temporadas de “Seinfeld”, la comedia que entre 1989 y 1998 resignificó el formato de la sitcom estadounidense con un humor sin la acostumbrada moraleja subyacente de la época y que acabaría por convertirse en un programa legendario de la pantalla chica, estarán disponibles desde mañana en el catálogo de Netflix.

Con la adquisición de los derechos por parte de Netflix, desde mañana fanáticos ansiosos por “maratonearla” de nuevo y novatos curiosos por descubrirla tendrán por igual a disposición sus 173 episodios.

Protagonizada por el propio Seinfeld, que por aquel entonces ya tenía un nombre como figura del stand up pero no experiencia actoral, Jason Alexander, Julia Louis-Dreyfus y Michael Richards, “Seinfeld” no conquistó de inmediato a los ejecutivos de la NBC.

Es que Jerry y su amigo Larry David -que luego continuaría el enfoque en su aclamada "Curb Your Enthusiasm"- llevaron una propuesta que sonaba poco tentadora a las reuniones con los altos responsables de programación: “Seinfeld” sería una serie “sobre nada”.

En una era en la que las sitcoms se centraban en tramas familiares con humor inocentón, con un mensaje reconfortante que como conclusión parecía buscar lo bueno inherente hasta en el peor de los villanos, la dupla creativa se plantó en la vereda opuesta.

Es que sus protagonistas no son los héroes que el público disfruta ver triunfar -como sí ocurre por ejemplo con otra que fue furor, “Friends”- sino que son cuatro seres a menudo mezquinos, egoístas y hasta despreciables; los antihéroes que la audiencia ama por sus defectos en vez de sus virtudes.

La trama sigue al comediante neoyorquino Jerry Seinfeld, a su disparatado vecino Cosmo Kramer (Richards), a su mejor amigo de toda la vida George Costanza (Alexander) y a su exnovia devenida en amiga del grupo Elaine Benes (Louis-Dreyfus).

Como extrapolando las observaciones sobre los intercambios sociales y detalles de la vida moderna en las que se basaban las rutinas de Seinfeld sobre el escenario, los capítulos de la serie siguen a los cuatro amigos en un mar de interacciones cotidianas en la Gran Manzana que, como tesis subliminal, intentan argumentar que la gente es, esencialmente, desagradable y miserable.

Toneladas de premios y récords de ratings avalaron la intuición de los creadores, y aunque no falta quien juzga que alguno de sus chistes -muy pocos- no resistieron el paso del tiempo, “Seinfeld” quedó en la historia grande de la TV.