La película recorrerá un circuito en barrios populares y salas no tradicionales hasta llegar a fin de año a una plataforma.
Padre Mugica. A la hora de la luz es la película que homenajea al sacerdote con materiales de archivo y grandes invitados. Hablamos con Walter Peña, uno de sus directores, para conocer detalles.
La película recorrerá un circuito en barrios populares y salas no tradicionales hasta llegar a fin de año a una plataforma.
—¿Cuál fue el origen de la película?
—El origen fue a partir de que este año se cumplen los 50 años del asesinato de Mugica. Nosotros, si bien en la serie Ser esencial que salía por la Televisión Pública hicimos algunos capítulos en referencia a él y cómo está hoy en la villa de Retiro su imagen, sabíamos que teníamos un pendiente que era producir un material documental. Y, bueno, en marzo surge la posibilidad de que nos dicen: “Tenemos un horario disponible en Canal 9 para el 11 de mayo a las 11 de la noche”. Ese fue el empujón que nos faltaba. Contar con la posibilidad de tener una emisión en algún espacio, eso nos hizo ponernos a atar todas las cosas que ya veníamos construyendo sobre Mugica, muchas cosas que habíamos grabado y ese fue el empujón. Ahí pusimos toda la energía en producir este material documental que creo yo que es un material y un testimonio de vida marcando también el legado, no quedarnos con lo nostálgico, sino también con lo que viene, con el trabajo que tienen hoy la gran mayoría del equipo de curas, villeros y de barrios populares de la Argentina.
—¿Cómo eligieron los testimonios?
—Marilina Ross fue amiga del padre y ella fue construyendo esa relación, ese vínculo a partir de su trabajo en los barrios en los años 70 y en ese ir y venir ese vínculo fue creciendo y terminaron siendo amigos. Ella misma lo dice: “Yo tengo la gracia de decir que fui amiga de Carlos”. Ella iba a cantar a la capilla de Cristo Obrero y el padre Carlos la subía al altar y le daba el micrófono y abría las puertas de la capilla y le decía: “Cantemos a todos los vecinos del barrio”. Y ellos vinieron juntos cuando fue la vuelta de Perón a la Argentina en el chárter que trae a Perón, ella viene en el avión junto con el padre Carlos.
En el caso del Pato Galmarini, era un compañero de fútbol fundamentalmente y compartía mucho desde ese lugar también. En el caso de Víctor Laplace, si bien había realizado un trabajo también en las villas en los años 70 con un grupo de teatro, que era el Grupo Octubre, nos parecía que era alguien que resumía como si fuera hoy día.
Y en el caso de León Gieco, él tiene una canción que se llama Los guardianes de Mugica. Al principio, cuando empezamos a hablar, me decía: “Pero yo no lo conocía al padre Carlos”. Y le dije: “Justamente, por eso quiero que estés, porque vos sin conocerlo construiste una canción que se inspira a partir de un bombo que ve en un barrio”, y a partir de ahí construye esta canción.