20.000 discos a todas partes
La vuelta al vinilo no es una novedad. ¿Por qué un formato del siglo XIX no para de renacer en el siglo XXI? El creador de Vinilos Social Club, Franco Maida, tiene respuestas al respecto.
La feria itinerante Vinilos Social Club nació en La Plata en 2016 y comenzó a recorrer otros sitios, principalmente de la Capital Federal. Se trata de un espacio de intercambio, compra y venta de discos de vinilo, un fetiche que en los últimos años experimentó su renacimiento para volver potenciado y alcanzar a todas las generaciones y a todos los géneros musicales.
En marzo de 2020 iba a celebrarse una nueva edición en la ciudad pero la situación desatada a partir de la pandemia impidió su realización. En diciembre, protocolo mediante, los organizadores decidieron realizar el postergado evento en el bar cultural La Ferretería, de calle 57 entre 11 y 12. A pesar de la capacidad limitada, la feria fue un éxito.
En diálogo con diario Hoy, el creador de Vinilos Social Club, Franco “Colo” Maida, contó que hasta el momento se realizaron 13 eventos y adelantó que planean realizar el próximo en el mes de marzo. A lo largo de los encuentros “se ha generado un ambiente muy lindo, muy familiar más allá de que se acerque mucha gente. Yo he hecho amigos en la feria”.
Los discos de vinilo ya no son patrimonio exclusivo de los más viejos ni de los nostálgicos, son un objeto preciado para los melómanos de todas las edades. Al respecto, comentó: “El público que se acerca es muy amplio. Cada vez vienen más chicos, curiosos que están empezando a descubrir el formato y los más grandes, que están desde siempre; también están los que habían abandonado el formato con la transición al CD o al formato digital: ahora desempolvaron los discos y los equipos y volvieron a la batalla”.
Sobre por qué se da este fenómeno en tiempos de reproducción online, Maida tiene su teoría: “Creo que nos vendieron tanto lo intangible para escuchar música y el consumo de plataformas digitales que llegó un límite que impulsó el revival del vinilo. Yo no fui contemporáneo al formato, tengo 32 años y si bien en casa o en casa de mi tío se escuchó en vinilo, soy más bien de la era del cassette y del CD. El vinilo es una experiencia diferente en la manera de escuchar música para las nuevas generaciones. Tener la tapa en la mano, ver cómo gira el disco y también escuchar álbumes completos, algo que no suele darse en plataformas como Spotify, donde uno escucha temas sueltos y no la obra completa del artista. Además, obviamente está la fidelidad del formato vinilo”.
Un día de feria
Por lo general, las ferias arrancan a las 11 y terminan a las 20. Durante todo ese tiempo, el flujo de visitantes es constante. “Hay gente que llega temprano a revolver los stands y después vuelve a la tarde”, contó Maida. Esto se debe a que la oferta se renueva y en cualquier momento puede entrar por la puerta el disco que una persona está buscando.
Hay discos de Dire Straits, Fito Páez, Red Hot Chili Peppers y de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota conviviendo en una misma caja.
Suele haber entre 20 y 25 stands y cada uno trae alrededor de 1.200 discos. Es decir que en la feria hay algo así como 20.000 discos “para revolver”. Hay discos desde $100 o $200 hasta perlitas muy buscadas, primeras ediciones o tiradas cortas que superan los $20.000.
Vinilos Social Club tiene la intención de llevar la “movida vinilera” a las ciudades de la Provincia.
Para Maida, este es uno de los desafíos de cara al futuro. “La respuesta de la gente hace que la feria se mantenga en el tiempo”, concluyó.