DÍA MUNDIAL DEL SIDA

Científicas del CONICET estudian el caso de una paciente que habría erradicado el VIH de su organismo

Sería el segundo caso en el mundo en el que el virus de VIH podría haber sido erradicado completamente del organismo sin la previa mediación de un trasplante de células madre.

Cada 1ro de diciembre se conmemora el Día Mundial de la lucha contra el Sida. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) es la fase más avanzada de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un patógeno que infecta a los linfocitos CD4 del sistema inmunológico involucrados en la respuesta a infecciones.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque en las últimas décadas se han obtenido progresos significativos, el VIH es aún un importante problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Aunque no hay cura para la infección por el VIH, el tratamiento con antirretrovirales (ARV) permite a quienes viven con el virus llevar una vida larga y saludable. En muchos casos, la terapia con antiretrovirales posibilita reducir la cantidad de virus presente en el organismo hasta niveles tan bajos que los testeos estándar de carga viral no logran detectarlo. Cuando esto ocurre, pese a encontrarse infectada con VIH, la persona no puede transmitir el virus a otros.

El caso de la paciente de Esperanza

Un caso que fue noticia hace algunas semanas es el de una paciente argentina que, no habiendo sido tratada con ARV, podría haber alcanzado la cura esterilizante de VIH por inmunidad natural. La paciente residente de la ciudad de Esperanza, que prefiere mantener su anonimato, sería el segundo caso en el mundo -junto con el de Loreen Willenberg, una mujer californiana diagnosticada con VIH a comienzos de la década del ’90- en el que el virus de VIH podría haber sido erradicado completamente del organismo sin la previa mediación de un trasplante de células madre.

El estudio de la paciente de Esperanza fue presentado en la revista especializada Annals of Internal Medicine y contó con la participación protagónica de investigadoras e investigadores del CONICET en el INBIRS, que trabajaron en colaboración con científicas y científicos del Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), que depende de la Universidad de Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Tras analizar alrededor de 1500 millones de células de la paciente de Esperanza (que incluyeron múltiples donaciones de sangre periférica, el procesamiento de una placenta y un procedimiento de leucoféresis), el equipo de investigación sólo logró hallar siete copias defectuosas del virus del VIH, totalmente incapaces de replicarse.

El único momento en que la paciente de Esperanza fue tratada con ARV fue en 2020 cuando cursaba el segundo y el tercer trimestre de su embarazo, con el único objetivo de evitar cualquier posibilidad de que le trasmitiera el virus a su hijo. “Más allá de que no creíamos que existiera posibilidad de que eso ocurriera, teníamos que asegurarnos”, señala Laufer, quien dirigió el estudio de la paciente de Esperanza junto con Yu Xu, científica del Instituto Ragon

El hallazgo de las siete copias defectuosas no sólo confirmó lo señalado por el análisis serológico, que la paciente de Esperanza estuvo infectada por VIH (su primer diagnóstico lo recibió en 2013), sino que también es índice de que en algún momento hubo replicación del virus, dado que algunas de las copias son diferentes entre sí.

“Después de analizar una cantidad masiva de células de la paciente de Esperanza, tanto de sangre periférica como de tejidos, no fue posible encontrar reservorio de virus intacto. Esto situaría el caso de la paciente Esperanza bajo la categoría de cura esterilizante. Nosotras creemos que, efectivamente, la posibilidad de que se reactive la infección, de que vuelva a tener replicación, es prácticamente nula, pero no es algo que de lo que podamos estar 100 por ciento seguras, por lo que, en realidad, siempre resulta complicado hablar de cura”, explica Gabriela Turk, investigadora del CONICET en el INBIRS y primera autora del trabajo.

De acuerdo con las investigadoras, algo similar ocurre con Loreen Willenberg, que ya lleva más de veinticinco años en situación de controladora de elite y en cuyas células tampoco se han podido hallar copias viables de VIH.

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