Se trata de una serie de ciclos que proponen combinar cierres estrictos con aperturas para tensar la economía lo menos posible.
En el marco de la segunda ola que no da tregua en la Argentina y la Provincia, un equipo de investigadores del Conicet desarrollaron una serie de modelos que podrían servir para ir hacia “cuarentenas intermitentes” y permitir bajar la curva de contagios, tensando la economía lo menos posible.
En ese marco, diario Hoy dialogó con Rodrigo Castro, doctor en Ingeniería y director del Laboratorio de Simulación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, quien señaló que un único cierre fuerte que no se sostenga durante más de un ciclo de cierre/apertura no colaboraría demasiado a llegar al objetivo de demoler la curva.
“El principio es combinar cierres socialmente viables con reaperturas que sean pertinentes para rehabilitar la vida social y económica. Si bien lo ideal son cierres largos para eliminar el virus, es incompatible con la vida social entonces se busca cerrar lo suficiente y abrir de nuevo no más de lo necesario e ir repitiendo los ciclos hasta lograr el objetivo final, que idealmente es que no haya circulación comunitaria, sino que haya simplemente focos aislados que se puedan manejar con el seguimiento y aislamiento de contactos estrechos, pero eso con miles de casos diarios no funciona”, marcó el experto.
Estas herramientas desarrolladas por el equipo de investigación son el resultado de un trabajo realizado en el marco de los proyectos de la “Unidad Coronavirus”, que financió el Ministerio de Ciencia y Tecnología nacional; es consecuencia del sector científico a disposición del Estado.
“Actualmente, para bajar un nivel tan alto de contagios y muertes diarias, la combinación de aperturas y cierres muestra que es lo más viable de ser implementado en el contexto actual. Nosotros desarrollamos modelos computacionales donde evaluamos distintos escenarios para los niveles de inte-racción social y de transmisión del virus según los datos disponibles, y vemos combinaciones posibles que hacen que la curva pueda ir bajando”, señaló.
Según Castro, una de las posibilidades es cerrar las actividades por nueve días con una apertura de doce, dado que es una combinación compatible con el esquema de semanas y fines de semana con el que se organiza la sociedad.
“Hoy en día, consideramos que no es muy viable disponer un cierre de 15 días (aunque sería ideal) con el comportamiento social ejemplar que se requiere, porque a esta altura, después de más de un año, ya hay mucho desgaste y por eso vemos a cierres de nueve días como una alternativa viable”, aclaró.
En ese plano, el profesional marcó que a través de sus estudios: “A modo ilustrativo, mostramos un escenario posible que, dependiendo del nivel de acatamiento y considerando que se reduce un 30% la tasa de contagios, se necesitarían en el orden de 4 ciclos para bajar a un cuarto los casos diarios actuales en el AMBA. Los factores clave son la planificabilidad y el compromiso de la ciudadanía en lograr cierres bien respetados”.