Un interruptor del deseo sexual en ratones
Científicos de la Universidad de Stanford detectan la red neural que controla el impulso.
cienciaSe trata de una fórmula matemática capaz de estimar la edad biológica de todos los tejidos.
13/08/2023 - 00:00hs
¿Se atrevería a conocer el momento en que su cuerpo llegará al fin de su vida útil? ¿Saber con anticipación cuándo sus órganos dejarán de funcionar? Steve Horvarth, un científico de origen alemán que trabaja en Altos Labs, la compañía estadounidense financiada por millonarios que más invierte en terapias para el rejuvenecimiento, está empeñado en pronosticar con un sencillo test la verdadera edad biológica y no solo cronológica. Es decir, establecer un límite de tiempo de forma individualizada, que no implica necesariamente la muerte pero sí el punto en el que puede llegar a suceder.
Esta diferencia entre la edad cronológica -la que aparece en nuestro DNI- y la edad biológica o el estado del corazón, los riñones o el cerebro es lo que determinan los relojes epigenéticos cuya investigación lleva años liderando Horvarth. Su trabajo es crucial porque no solo nos permitirá conocer nuestra fecha de caducidad sino averiguar por qué algunas personas con la misma edad se deterioran antes y cómo se puede intervenir antes de que ocurra.
En ese camino, este genetista experto en envejecimiento ha dado un paso de gigante al encontrar una fórmula, un modelo matemático que es capaz de calcular la edad biológica en todos los tejidos y órganos de los mamíferos. Sería aplicable en cualquier mamífero, con independencia del tamaño y esperanza de vida, desde la pequeña musaraña, que no vive más de tres años, a la longeva y gigantesca ballena del Ártico, una campeona de la longevidad capaz de superar la barrera de los 200 años. Y, por supuesto, en los humanos, que es el objetivo final de las investigaciones.
El descubrimiento de este reloj universal epigenético se detalla en dos publicaciones, una en la revista Science y otra en Nature Aging. Lo firma un consorcio científico internacional con más de 200 investigadores, liderado por Steve Horvarth.