ciencia

Un interruptor del deseo sexual en ratones

Científicos de la Universidad de Stanford detectan la red neural que controla el impulso.

Una de las frases más repetidas en torno al sexo asegura que el cerebro es el órgano sexual más importante del ser humano. Ahora, un grupo de neurólogos de la Universidad de Stanford ha ampliado esta máxima a los ratones. Su estudio asegura haber detectado el circuito cerebral que se activa en ratones macho desde que detectan la presencia de una hembra hasta que se despierta en ellos el deseo sexual, se induce el apareamiento y se produce la satisfacción derivada del mismo.

El cerebro era percibido hasta hace poco como una imposible maraña neuronal, pero en la última década se está empezando a desenredar, localizando con precisión los cables neuronales que recorren diferentes incentivos. Es lo que ha sucedido ahora con el instinto sexual de los ratones macho. Hasta hace poco se sabía dónde se alojaba, de forma aproximada: en el hipotálamo preóptico. Pero este experimento es mucho más preciso: se ha detectado, por así decirlo, el cable neuronal concreto del deseo y, lo que es más importante, ofrece a los científicos la posibilidad de enchufarlo o desenchufarlo a voluntad.

Los hallazgos del equipo de Stanford pueden abrir la puerta a la creación de medicamentos que funcionen como un interruptor del deseo masculino en humanos.

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