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Se trata de una enfermedad cada vez más común entre los jóvenes y evitable. Detectada a tiempo tiene cura, aunque no deja de ser el segundo cáncer en mortalidad y también el segundo más frecuente en la Argentina.
01/04/2022 - 00:00hs
"Yo no tenía freno con la comida, y para colmo la única verdura que me gusta es la papa. Comía carne todos los días y mucho, muchísimo procesado o embutidos. Hasta que un día fui al baño y pensé que me moría ahí mismo”, cuenta Marcelo Molina, un hombre que no llega a los 50 años pero que a los 40, padeció un cáncer de colón que casi lo mata, donde le tuvieron que cortar 20 centímentros de intestino.
“Han cambiado los hábitos de alimentación en los últimos años y hoy se está estudiando el impacto de los alimentos industrializados en el organismo y en el desarrollo del cáncer colorrectal”, indicó Oscar Laudanno, jefe del Departamento de Gastroenterología del Instituto de Investigaciones Lanari y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE). También añadió que “es evidente que hay un aumento de casos en pacientes jóvenes, incluso en aquellos que no tienen antecedentes genéticos, porque el 75% de los que desarrollan este tipo de cáncer, no tiene antecedentes familiares”.
Cómo contrarrestarlo
“En colon y recto en más del 80% de los casos se genera primero por este crecimiento anormal de las células, un pólipo benigno denominado adenoma, que crece lentamente y tarda aproximadamente 10 años para transformarse en cáncer. Es por eso que este tipo de enfermedad se puede evitar y, detectada a tiempo, se puede curar”, dice el especialista Nicolás Rotholtz, jefe del Servicio de Cirugía y de la Sección Cirugía Colorrectal del Hospital Alemán de Buenos Aires.
Por su parte, Marcelo, que se sabe y dice ser sobreviviente, aclara que “yo cambié toda mi dieta después de esto. Aprendí a comer casi desde cero, porque las carnes las veo medio desde lejos y ahora me acerqué a las verduras, las semillas, frutas”. “La verdad es que me siento mucho mejor, pero bueno, paso por un poco de hambre a veces”, culminó Molina divertidamente la charla.