Dengue: el secreto para combatir al mosquito es apuntar a las larvas

Los especialistas enfatizan la importancia de evitar que el mosquito se reproduzca. Cómo reconocerlo en sus diferentes fases y todo lo que tenés que saber para evitar que se críe en tu hogar.
"Más allá de asustarse del mosquito adulto, que es el que transmite la enfermedad y por eso es un problema y está bien no tener contacto, el problema son las larvas", enfatiza Sylvia Fischer, integrante del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. "
El mosquito tiene dos etapas: la de larva la completa en el agua. "Ese es el momento en el que es más fácil descubrirlo y controlarlo. Está en el tarrito y no se puede escapar. Tirás el agua y ya está", explica la doctora en Ciencias Biológicas. La larva es alargada y finita y cuelga con la cabeza hacia abajo perpendicular a la superficie del agua, mientras que la pupa (el estadío anterior al adulto) es más "cabezona" y tiene la forma de una coma.
En esa fase, entonces, el agua es la clave. Pero no cualquiera. El Aedes aegypti no se cría ni en zanjas, ni en los lagos de los parques ni en zonas inundadas por ríos. Su ámbito de acción y reproducción es el ámbito doméstico: el balde, el bebedero del perro, la regadera, el vasito con raíces de plantas, un neumático abandonado, el portamacetas que se llenó ("cualquier acumulación de agua muy pequeñita es suficiente"). Ahí, probablemente, hayamos visto alguna vez larvas o pupas. Que sea limpia no es requisito excluyente. "Tenemos numerosas observaciones donde se desarrollan en recipientes cuya agua está por ejemplo verde o marrón", aclaró Fischer.
El mosquito que transmite el dengue está en las casas (y sus alrededores) de todo el país. No así el virus, del que se registran casos en la mitad de las provincias. Para que el insecto se infecte y contagie tiene que picar a una persona enferma. El movimiento turístico que se da en esta época crea, entonces, buenas condiciones para la propagación. A eso se le suma la temperatura cálida que permite la reproducción del mosquito (la ideal ronda los 25 a 27 grados, pero a partir de los 20 ya puede reproducirse a una velocidad aceptable).
Al Aedes aegypti lo conocemos y sabemos exactamente qué hay que hacer para combatirlo. "No es una responsabilidad exclusiva del Estado, como ciudadano tengo que revisar mi casa y mi pericasa todo el tiempo evitando que haya criaderos", dice Orduna. Fischer aconseja "en la medida que se pueda, poner mosquiteros en las viviendas y deshacerse de todos los cacharros que andan dando vueltas (en el caso de que no se pueda/quiera, ponerlos bajo techo o taparlos para que no se llenen de agua). Si se dejan enraizando plantas en agua, cambiarla cada cinco días y prestar mucha atención de que no queden larvas entre las raíces (suelen quedar en la maraña y por lo tanto cuando volvés a ponerla en el frasco siguen ahí)". Una vez que salió volando, el mosquito se mueve por lugares con sombra.