Esta “bestia espacial” 30.000 millones de veces más masiva que el
Sol fue observada gracias a la combinación del efecto de lente gravitacional y cientos de miles de simulaciones informáticas.
Un equipo internacional de astrónomos acaba de hacer público el descubrimiento de uno de los mayores agujeros negros observados hasta ahora: una “bestia espacial” 30.000 millones de veces más masiva que el Sol. El hallazgo, publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, fue posible gracias a la combinación del uso de lentes gravitacionales con simulaciones informáticas en las instalaciones DiRAC HPC de la Universidad de Durham, en Reino Unido.
El equipo, de hecho, utilizó ese conocido fenómeno óptico, en el que una galaxia en primer plano desvía la luz de un objeto más distante y la aumenta, como si de una lupa cósmica se tratara. De este modo, los investigadores midieron la desviación de la luz de una galaxia a cientos de millones de años luz de la Tierra e introdujeron después los datos en el ordenador. El paso siguiente fue realizar cientos de miles de simulaciones de esa luz viajando por el Universo.
En cada una de ellas, el equipo incluyó un agujero negro de masa diferente, hasta dar con la que coincidía con lo mostrado por la lente gravitacional, obtenida con el Telescopio Espacial Hubble. El resultado fue que, en el centro de esa galaxia lejana, duerme un “monstruo” con una masa equivalente a la de 30.000 millones de soles, que se convierte por derecho propio en uno de los mayores agujeros negros observados en toda la historia de la astronomía. Se trata, además, del primer agujero negro que se encuentra utilizando esta técnica.
“Este agujero negro en particular es uno de los más grandes jamás detectados y está en el límite superior de lo grandes que pensamos, teóricamente, que pueden llegar a ser los agujeros negros, por lo que es un descubrimiento extremadamente emocionante”, dice James Nightingale, de la Universidad de Durham y autor principal del artículo. “La mayoría de los agujeros negros más grandes que conocemos están en un estado activo, donde la materia que se acerca al agujero negro se calienta y libera energía en forma de luz, rayos X y otras radiaciones. Sin embargo, las lentes gravitacionales permiten estudiar también agujeros negros inactivos, algo que actualmente no es posible en galaxias distantes”.