Día Mundial de la Donación de Órganos: la clave para salvar miles de vidas

Por disposición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos los 14 de octubre se busca incentivar y visibilizar a la comunidad la importancia de ser donante.

Miles de personas en el mundo pueden recuperar su salud y en muchos casos continuar con su vida gracias a la posibilidad de un trasplante de órganos, tejidos y/o células. Sin embargo, la escasez de órganos es muchas veces la principal limitación para la realización de un trasplante. Por este motivo es importante promover información que contribuya a que cada vez más personas tomen conciencia sobre la necesidad de convertirse en donantes.

Esta práctica, históricamente se pensó desde el sentido común como un riesgo para la propia salud. Inclusive, en la actualidad, persisten muchas creencias que impiden a los ciudadanos del mundo pensar en ser donantes. En este sentido, inscribirse como donante de órganos no es correr un riesgo, sino más bien convertirse en una salvación para otros.

En las últimas décadas el trasplante de órganos se consolidó como tratamiento médico para dar respuesta a determinadas patologías. El avance de la ciencia en este campo se ve reflejado en la cantidad de trasplantes que se realizan en el país, que permiten salvar y mejorar la calidad de vida de miles de personas.

A diferencia de otras prácticas médicas, el trasplante requiere de la participación y el compromiso de la sociedad. Nuestro país cuenta con médicos de excelencia y con centros sanitarios adecuados, pero más allá de estas ventajas el trasplante no sería posible sin la donación de órganos.

Según un registro mundial, realizado por Newsletter Transplant, en 2020 se efectuaron más de 120.000 trasplantes en los 82 países encuestados. De ellos, más de 30.000 fueron de hígado, para tratar enfermedades como hepatitis crónica con cirrosis, falla hepática aguda, enfermedades hepáticas genéticas y hereditarias, enfermedades metabólicas y tumores, y otras específicas de la población pediátrica.

Si bien la pandemia por Covid-19 impactó significativamente y provocó una gran crisis sanitaria a nivel global, en el año 2021 entre los países de Latinoamérica que mayor tasa de donantes por millón de población (p.m.p.) tenía, se destacaron Argentina con 9,6 donantes p.m.p, Brasil 9.08 donantes p.m.p. y Uruguay, con 5.7 donantes p.m.p. El líder mundial es España, con 23,08 donantes p.m.p.

La buena noticia es que desde hace algunos años, y gracias al impulso de la Ley Justina (27.447), millones de argentinos comenzaron a tener una mayor conciencia en cuanto a la donación de órganos. Por esto mismo, las personas que deciden convertirse en donantes aumentan año tras año. En lo que va del 2022, la cantidad de donantes por cada millón de habitantes en la Argentina es de 5.21, y más de 200 personas donaron sus órganos durante este año (Incucai), pero aún queda mucho por recorrer.

Según datos del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), en la actualidad hay más de 7.000 pacientes que esperan un trasplante de órganos en nuestro país, y en lo que va del año ya se realizaron 561 trasplantes.

Para poder ser donante, se debe ser mayor de 18 años y expresar la voluntad manifiesta de donar órganos. Esto implica ejercer el derecho a dejar asentado el deseo respecto al destino de los órganos y tejidos después del fallecimiento. Es un trámite personal y, si en algún momento la persona cambia de opinión, puede revocarlo sólo individualmente, no lo puede hacer otra persona.

En el momento de la defunción, el organismo responsable verificará la última voluntad hacia la donación de órganos. De no existir manifestación expresa, la ley presume que la persona es donante.

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