Docentes del Albert Thomas reclaman por sus puestos de trabajo

El cuerpo de docentes de la histórica escuela técnica Albert Thomas se manifestó en el mediodía del jueves para reclamar la garantía de sus puestos de trabajo. Esto se puso en duda por la caída de un convenio con la cartera de Educación de la provincia de Buenos Aires.

“Los docentes acá no entramos por listado como en otras escuelas, sino que concursamos. El último colegio que quedaba con ese convenio era el nuestro. Lo que pasa es que corremos riesgo de perder horas, pedimos que nos aseguren que ninguno de nuestros compañeros se quede sin horas de trabajo que fueron legítimamente tomadas”, manifestó una de las mujeres presentes, que hace 22 años que desempeña el cargo.

Según indicó, en la institución hay una planta de personal educativo muy grande, de más de 200 personas. “Marchamos para que nos garanticen el derecho laboral. Pedimos que familias, alumnos y exalumnos nos puedan apoyar”, señaló.

En el marco de la manifestación en 13 y 49, donde se ubica la oficina a cargo de ­llevar adelante ese convenio, el personal quedó a la espe­ra de una respuesta, aunque hubo delegados que pudieron conversar con las autoridades.

“Llegó la notificación de que había caído el convenio para la selección docente. Noso­tros concursamos nuestros cargos, pero al caer el convenio nuestra estabilidad peligra. Los últimos 15 años trabajamos de esta manera y ahora quienes tomamos los cargos por concurso vimos en peligro nuestros cursos. Queremos que se garantice nuestra estabilidad laboral”, expresó Julieta, una de las profesoras.

En ese orden, la docente advirtió que “en asamblea se resolvió hacer un abrazo simbólico porque esto ya pasó en otras escuelas técnicas, por eso queremos garantías reales, y si no las tenemos, vamos a seguir con medidas de protesta”.

El caso de la Técnica n°7

En otro orden, también desde la Escuela Técnica n° 7 de La Plata mostraron preocupación ante la posibilidad de cierre de dos especializaciones, la tecnicatura en servicios turísticos –única en la ciudad– y la de multimedia.

El problema se origina por la poca ­concurrencia de alumnos, que quizás ­desconocen que existen esas opciones para poder inscribirse y la mayoría se inclina por otras orientaciones. Para sostener el funcionamiento de estos cursos requieren de al menos una decena de estudiantes ­inscriptos.