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El año en que se rebelaron los estudiantes de toda Latinoamérica

En 1968 tanto en Europa como en América los jóvenes se rebelaron contra un sistema que los oprimía y les negaba el futuro que soñaban.

Interés General

01/10/2025 - 00:00hs

Pese a que a mediados de la década del sesenta, cuatro de cada cien latinoamericanos cursaba estudios universitarios en Latinoamérica; en 1968, los estudiantes protagonizaron una gesta de rebeldía que se propagó por todo el continente, poniendo en cuestión un estado de cosas que los gobiernos militares custodiaban para que fuera inamovible.

Herbert Marcuse, el filósofo alemán que fue uno de los inspiradores de las revueltas estudiantiles, dijo entonces: “Los estudiantes aplican a la realidad lo que les enseñaron en abstracto los maestros que han desarrollado los valores de la civilización occidental. Los estudiantes no entienden por qué esos grandes principios deben permanecer en el nivel de las idea, en lugar de ser practicados; y eso es exactamente lo que hacen en el seno de una sociedad represiva en todos sus aspectos, donde hasta el confort, la prosperidad, la pretendida libertad política y moral, son utilizados con fines opresivos”.

Río de Janeiro, México, Montevideo, San Pablo y Santiago de Chile fueron las primeras ciudades donde detonó la insurrección. Un año después, el estallido se producirá en nuestro país, confluyendo los estudiantes junto a obreros en puebladas que llevaron el nombre de Cordobazo, Rosariazo y Viborazo, entre otras.

En México todo comenzó en junio de 1968, con una reyerta callejera en la que varios adolescentes fueron heridos por la policía. El 25 de julio, miles de jóvenes hicieron una manifestación contra la represión policial, dirigiéndose a la Plaza del Zócalo. El cuerpo de granaderos les cerró el paso y ejerció una violencia que dejó un saldo de siete estudiantes muertos y más de cuatrocientos heridos. Las protestas arreciaron en los días siguientes, y las fuerzas policiales y militares las enfrentaron con tanques de guerra y fusiles con bayoneta calada. La represión no sólo no disuadió a los jóvenes, sino que los hizo aumentar en número y determinación. El 1 de septiembre, el presidente Gustavo Díaz Ordaz fustigó a los estudiantes calificándolos de “conspiradores”, la Universidad reaccionó unánimemente. Un mes después, el gobierno realizó su más salvaje operativo represivo, encerró a los manifestantes en la plaza de las Tres Culturas y acribilló a 190 estudiantes e hirió a miles. El sociólogo mexicano Alberto Sánchez Paz describió la situación: “El 80% de mis compatriotas vive en las mismas condiciones que hace cincuenta años, porque la riqueza sigue siendo administrada por grupos minoritarios para su propio beneficio; los estudiantes buscan romper ese círculo, definir la única y filosa alternativa: o se suman al orden existente o se rebelan”.

Ese mismo año, los estudiantes brasileños protagonizaron manifestaciones de protesta en muchos estados con carteles que decían: “Abajo la dictadura”, “Muera el imperialismo norteamericano” o “Más escuelas, menos cañones”. Enfrentaban a los uniformados con piedras y bolitas que hacían resbalar a la caballería. La Unión Nacional de Estudiantes fue prohibida por la dictadura de Castello Branco, y la policía detuvo a miles de delegados.

El gobierno de Jorge Pacheco Areco, en Uruguay, tenía como lema: “Orden primero, desarrollo después”. La Federación de Estudiantes Universitarios de ese país, no estaba de acuerdo con esa secuencia de objetivos y se manifestaba a la par de la Confederación Nacional de Trabajadores. El secretario general de la federación estudiantes fue asesinado por la policía en 1968, junto a tres de sus compañeros. La represión en lugar de arredrarlos, dio más virulencia a los reclamos estudiantiles. El rector de la Universidad de Montevideo, dijo entonces: “El país está siendo entregado a los prestamistas exteriores, se vive de la especulación, que favorece a una minoría inmoral, se congelan salarios tras una vertiginosa alza del costo de la vida, pretextando una pretendida congelación de precios que solo sirvió para paralizar industrias y comercio. Nunca el país ha estado en manos tan ineptas”.

Diagnósticos en buena parte aplicables a la actualidad, que debieran tomarse en cuenta sino se quiere correr con el riesgo de que generen respuestas como las aquí historiadas.

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