Diario Hoy dialogó con el director del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental, quien señaló que se espera que alcance su nivel máximo de sensibilidad hacia fines del 2021.
El telescopio Toros, ubicado a 4.650 metros sobre el nivel del mar en la Puna salteña, capturó por primera vez imágenes del espacio.
Se trata de la “primera luz” del telescopio más alto de la Argentina y uno de los más altos del continente, cuya base de operaciones está en el Cerro Macón en la provincia de Salta.
Durante abril, el Transient Optical Robotic Observatory of the South (Toros, por sus siglas en inglés) tomó tres imágenes astronómicas que, según detalló en su sitio web, se trataron de “Omega Centauri, un cúmulo globular a 17.000 años luz de distancia; el cúmulo globular NGC 6752, a 14.000 años luz de la Tierra, y una región dentro del disco de la Vía Láctea cercana al cúmulo abierto NGC 3766, con la mayoría de estrellas a una distancia de aproximadamente 8.000 años luz”.
El Cerro Macón fue uno de los escenarios candidatos del Observatorio Europeo del Sur para albergar el European Extremely Large Telescope (E-ELT), el telescopio más grande del mundo, que finalmente empezará a funcionar en 2024 en Chile.
De esta búsqueda, realizada entre 2003 y 2009, participaron el Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE) y el Observatorio Astronómico de Córdoba (OAC). Una década después, pudieron llevar a cabo la creación del “Centro Astronómico Macón” para aprovechar las cualidades de ese sitio natural de la Argentina; donde el cielo está despejado más del 93% de las noches del año, tiene escasa actividad sísmica y carece de contaminación lumínica, por la distancia que lo separa de las grandes ciudades.
En diálogo con diario Hoy, Diego García Lambas, Director IATE e impulsor del Centro Astronómico Macón, detalló que el Toros es un telescopio robotizado que puede ser comandado remotamente por internet. Se espera que alcance su nivel máximo de sensibilidad hacia fines del 2021 con la llegada de una cámara; el modelo tendrá “más precisión, pero principalmente tendrá más campo”, dijo el especialista y agregó: “Lo destacado de este proyecto es que vamos a tener un relevamiento propio del cielo, un relevamiento argentino”.
La misión
La misión del Toros será detectar potentes colisiones de objetos compactos en galaxias distantes hasta 600 millones de años luz, que se traducen en señales lumínicas de esos eventos como contraparte óptica en la detección de ondas gravitacionales.
Es preciso recordar que en 2016 el Observatorio por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) detectó por primera vez en la historia ondas gravitacionales, una de las predicciones de la Teoría de Relatividad General formulada por Einstein hace más de un siglo. “En el mundo hay miles de telescopios que se adaptan para captarlas, el TOROS se diseñó especialmente para captarlas”, contó García Lambas.
“Siempre se habló de las ondas gravitacionales como un delirio. En 2012 surge un proyecto para detectarlas, pero era una utopía.
Y en septiembre de 2015, cuando un colega me llamó para decirme que había una detección de una onda gravitacional, yo no le creí. Hasta entonces eran sólo modelos teóricos. Luego vino el anuncio de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés) de los EE. UU., de un proyecto en el que participaron argentinos. Desde ese momento las ondas gravitacionales pasaron a ser algo real y desde acá colaboramos con ellos, con los telescopios que teníamos a nuestro alcance”, detalló.
En este punto el proyecto Toros adquirió otra dimensión: obtuvo financiamiento de la NFS para comprar un telescopio y para la construcción de la cámara, que antes de 2022 se acoplará a los equipos para colocar a la Argentina en lo más alto del campo astronómico.