Testimonios desde la trinchera
“Estamos cansados, estresados y con una presión continua”
El médico intensivista Leandro Tumino le contó a diario Hoy la realidad que enfrenta a diario en el Hospital San Martín de nuestra ciudad.
Entre la vida y la muerte. Sin respiro. Extenuados. Trabajar hoy en día en las salas de Terapia Intensiva es sin lugar a dudas agotador, no solo por combatir desde la primera línea de batalla a un virus que mató hasta el momento a casi tres millones y medio de personas en el mundo, sino porque muchos de los hospitales están al borde del colapso.
“El respiro no se ve ni se va a ver en lo inmediato. La ocupación sigue siendo extremadamente alta, cerca del 90 por ciento en el AMBA. En nuestro hospital la ocupación es sumamente alta, entre el 90 y el 99 por ciento. Siempre hay alguna posibilidad por si se requiere alguna urgencia, pero eso es lo que debemos considerar”, le manifestó a diario Hoy Leandro Tumino, médico e instructor de residentes de Terapia Intensiva en el hospital San Martín de nuestra ciudad y médico intensivista en la Clínica San Camilo de CABA.
En cuanto a los pacientes, el especialista recalcó que son más jóvenes de los que se trataron durante la primera ola, por lo que se requiere una internación más prolongada.
“Otra cosa que hay que considerar, como sucedió en el pico anterior, es que los casos acá si bien se mantienen en una meseta alta, empiezan a aumentar a expensas de lo que está sucediendo en el interior del país”, especificó.
“Estamos sumamente cansados, estresados, con una presión continua, en una situación donde se muere un paciente y rápidamente tenemos que hacer limpiar las habitaciones para que ingrese otro sin la posibilidad de hacer nuestro propio duelo, porque no dejamos de ser personas y nos duele también la muerte de los pacientes por más que no los conozcamos. Es una situación sumamente angustiante”, afirmó.
Tumino, que es diplomado en Bioética y director del Comité de Neurointensivismo de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), sostuvo: “Debemos seguir manteniendo las medidas básicas que es el lavado de manos, la distancia, ventilar los ambientes, evitar las reuniones y salir lo menos posible. Hay cierto relajamiento, vos vas un día al centro y ves de diez personas a cuatro o cinco con el barbijo en la pera, en el cuello o con la nariz afuera, que es lo mismo que nada”.
Consultado sobre las visitas a aquellos pacientes que se encuentran peleando por sobrevivir, Tumino expresó que en hospital San Martín armaron un grupo interdisciplinario donde se encuentran psicólogos, psiquiatras, trabajadoras sociales, administrativos clínicos y emergentólogos.
“Armamos un grupo de trabajo que nos dedicábamos a dar contención no solamente a los profesionales sino también a los familiares y a los pacientes para evitar estas situaciones sumamente angustiantes. Se coordinaba con la familia para tratar de organizar una visita o en el caso de que el familiar no quiera concurrir al hospital, ya sea porque tenga miedo o esté aislado, se realizaban vi-deollamadas”, completó.