En el marco de los cursos de formación laboral desarrollados en la Unidad 30 de General Alvear, un grupo de reclusos confeccionó calzados y rosarios a beneficio de los niños del Jardín de Infantes 903 y la parroquia San José de esa misma ciudad.
Un grupo de internos de un penal de General Alvear confeccionó alpargatas para un jardín de infantes. La experiencia se desarrolló en el marco de los cursos de formación laboral llevados adelante en la Unidad 30 como parte del programa “Más trabajo, menos reincidencia”. Además del calzado a beneficio de los niños del Jardín de Infantes 903, también se elaboraron rosarios para la parroquia San José de esa misma localidad.
La iniciativa, coordinada desde el Área de Formación Técnica y Oficios dependiente de la Dirección de Promoción e Inclusión Sociolaboral de la Dirección de Trabajo Penitenciario, contó con la participación de varias personas privadas de su libertad. Cinco tomaron el curso de elaboración de alpargatas, mientras que otros nueve reclusos se comprometieron con el taller de bijouterie y armado de rosarios. El proyecto llegó a su punto cúlmine cuando, finalmente, lograron entregar su producción de 20 alpargatas y 20 rosarios a los centros destinados.
“Buscamos crear conocimientos que en el futuro, imaginando al interno en el medio social libre, le brinden herramientas que le puedan ser útiles para una reinserción laboral”, dijo Diego Ortiz, coordinador sociolaboral de la Unidad 30. Se trata de talleres de tres meses de duración y, gracias al éxito de sus últimas ediciones, ya se encuentran previstas nuevas realizaciones para el futuro inmediato. “Los presentes cursos se basan en cumplimentar una de las premisas del Servicio Penitenciario Bonaerense: la reinserción sociolaboral”, dijo Marcelo Inchauspe, director de la Unidad.
Por otra parte, los insumos requeridos para la confección de las alpargatas fueron donados por la empresa alvearense Calzados El Zorzal. En cuanto al armado de los rosarios, la materia prima fue provista por Rodrigo, el interno encargado de la capacitación. Los rosarios, finalmente, fueron entregados en el pabellón número 2 de la Unidad por ellos mismos al párroco de la Iglesia San José, Sergio Alberto Maidana.
“Estos cursos de tres meses finalizarían en abril y han superado ampliamente las expectativas”, dice el comunicado del Servicio Penitenciario Bonaerense. “Por ello se volverán a dictar, sumándose al resto de las propuestas formativas sociolaborales que se desarrollan en los talleres de la cárcel. Asimismo, la presente acción enmarcada en la ayuda solidaria brinda a los internos los conocimientos necesarios para una inclusión sociolaboral en su reinserción social próxima”, agrega.