La historia de la vecina que perdió su auto por un árbol justo cuando le aumentaron el seguro

Ocurrió en la zona del Parque Ameghino en donde ayer cedió un ejemplar de más de 10 metros de alto sobre un vehículo estacionado. Habían hecho el reclamo en 2017.

Los frentistas de la calle 120, a metros del parque Ameghino, no salen del asombro. Ayer, después de insistentes pedidos para que alguien vaya a podar los árboles, uno de los enormes ejemplares de más de 10 metros de altura se vino abajo y aplastó un auto.

En la cuadra aseguran que “fue un milagro”, ya que durante las últimas horas de la madrugada no pasaba nadie por el lugar. Sin embargo, un Peugeot blanco que todos los días pasa la noche estacionado sobre la vereda de 12 entre 71 y 72 se llevó la peor parte.

“El auto quedó totalmente destruido en el frente, pero en el seguro me dijeron que solamente me iban a reconocer el daño en el parabrisas porque tengo cobertura contra terceros, robo e incendio”, confesó indignada Marisa, una mujer de 57 años que nació en esta zona de la ciudad.

Parque Ameghino está dentro del barrio El Mondongo, en una zona no muy conocida de La Plata, detrás de uno de los bulevares y en el límite entre el casco urbano y el inicio de Villa Elvira.

Las tardes de verano son cálidas y agradables por la sombra y el verde que aportan los árboles. Sin embargo, en invierno o días lluviosos como los que vienen caracterizando a la todavía húmeda primavera del 2023, la zona se convierte en una verdadera amenaza.

“El tronco del árbol quedó en el medio de la calle y con la punta me rompió todo el frente”, comenzó la vecina, mientras otros autos hacían fila para pegar la vuelta y hasta llegaron a chocar en la 120, debido al cruce de la calle quedó totalmente cortado.

“Hicimos el primer reclamo en el año 2017. Hoy, cuando volvimos a pedir que al menos vengan a retirar el tronco, nos dijeron que no tenían nafta”, expresó la mujer.

Si bien es cierto que no es sencillo que se le pueda dar curso a un pedido de extracción de un árbol por los distintos planteos y recursos que siempre pusieron los grupos ambientalistas, Marisa se encuentra ahora en la disyuntiva de tener que pensar en vender su auto, ya que nadie podría garantizar que no vuelva a caerse otro árbol sobre la calle 120, a metros del cruce con 71.

“Lo voy a arreglar como pueda y lo voy a terminar vendiendo, porque encima que no me reconocen la totalidad: me avisaron que con la renovación de la póliza paso a pagar casi el doble y se me va a más de 60.000 pesos el seguro”, concluyó indignada.

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