cultura

Una escritora que resistió al olvido

Lidia Seifulina fue una de las escritoras que afloró como integrante de la constelación de grandes plumas surgidas con la revolución rusa.

Más allá de que la literatura rusa siempre fue intensa, diversa y profundamente marcada por las convulsiones políticas y sociales, algunos historiadores la dividen en dos grandes etapas: la etapa pre-revolucionaria (hasta 1917) y la etapa posrevolucionaria (a partir de 1917). Lidia Seifulina no fue una autora conocida para el gran público; no obstante, durante el primer tercio del siglo pasado varias de sus obras fueron traducidas y editadas en diversos idiomas, en un contexto de efervescente interés por la literatura de la por entonces joven Rusia soviética.

En esos años, Rusia vivía una expansión de ideas progresistas y un auge en la educación y el pensamiento crítico; y se debatían temas como el nihilismo, el marxismo, el feminismo y las ideas occidentales. En ese marco, - siendo hija de un sacerdote ortodoxo- Seifulina nació en Varlamovo, una pequeña aldea ubicada a 90 kilómetros de la frontera con la actual Kazajistán. Tuvo desde temprano infinitas inquietudes culturales: maestra, actriz y bibliotecaria, se unió a los socialistas revolucionarios al final de la Gran Guerra. Se dice que comenzó a escribir novelas cuando tenía siete años; se graduó de un gimnasio en Omsk y comenzó a trabajar como maestra de escuela primaria en Oremburgo a la edad de 17 años. Asimismo, escribió para una compañía de teatro infantil, que ella misma fundó. A partir de 1920 estudió en Moscú y escribió para las revistas siberianas Novosibirsk y Sibirské ohne.

La novela más conocida de Seifúlina es “Virineia” (1925), una obra emblemática que simboliza la participación de la mujer en la edificación socialista. La trama narra la historia de Virineia, una mujer de aldea que se convierte en militante bolchevique, enfrentando las tensiones políticas y sociales de la época. La novela fue adaptada al cine, teatro y ópera, alcanzando un enorme éxito popular.

Además de “Virineia”, Seifúlina publicó otras obras como “Caminantes” (1926), que fue traducida al español por Tatiana Erco de Valero y publicada por la Revista de Occidente en Madrid. Esta obra también fue traducida al checo, lo que indica su reconocimiento internacional. La trama sigue a un grupo de trabajadores que, tras la revolución, se embarcan en un viaje hacia Siberia para contribuir a la construcción del nuevo orden socialista. A lo largo de su travesía, enfrentan desafíos físicos y emocionales que ponen a prueba su resistencia y compromiso con los ideales revolucionarios. La novela se centra en sus interacciones, sus luchas internas y su evolución personal mientras se enfrentan a las adversidades del camino.

Lo cierto es que Seifúlina es recordada como una escritora realista que abordó temas sociales y políticos de su tiempo, especialmente la participación femenina en la transformación social. Su obra ha sido objeto de estudio y admiración, destacándose por su compromiso con la realidad soviética y su capacidad para reflejar las luchas y aspiraciones de la mujer en una sociedad en cambio.

Por otro lado, otras grandes escritoras rusas fueron contemporáneas de Seifúlina, participando también en el proceso cultural y literario posterior a la Revolución de Octubre y durante la consolidación del régimen soviético: Anna Ajmátova, Marina Tsvetáieva, Olga Berghloz, Nadezhda Teffi. Dichas autoras, aunque diversas en estilo y enfoque, representan la riqueza de la literatura rusa femenina en tiempos de cambio político y social. Lidia Seifulina murió en Moscú, el 25 de abril de 1954, a los 65 años.

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