Un terremoto que duró 32 años
Un grupo de investigadores de Indonesia detectó el extraño fenómeno sucedido en el siglo XIX y advirtió que hoy podría estar pasando lo mismo.
CienciaCon una pandemia de fondo, la llegada del frío complicó aun más la situación de los más vulnerables. Claudia y Eduardo, con la colaboración de los vecinos, buscaron la forma de aportar a diario su grano de arena.
07/06/2021 - 00:00hs
La mañana es fría y, mientras se calienta el auto, Claudia y Eduardo cargan los termos con café y agua caliente, porque algunos prefieren mate cocido. Cargan también las galletitas y, a la vez, van conversando sobre el recorrido: irán a la zona del Hospital de Niños, después pasarán por el Hospital San Juan de Dios y por el barrio de la vieja estación de calle 71. Después, también recorrerán la zona del cementerio. En todos los puntos, sin excepción, encontrarán personas que los recibirán con sorpresa pero también con las manos abiertas.
Desde la semana pasada, el matrimonio que tiene un despacho de pan en 70 entre 23 y 24 hace desayunos solidarios, una iniciativa para calentar el alma de los más necesitados. La época de frío y la pandemia golpean más a los que menos tienen, pero son un poco más fáciles de llevar con algo caliente en el estómago.
“Como sabemos de la necesidad de la gente, un día en casa nos pusimos a charlar y Eduardo dijo: ¿te parece que hagamos desayunos solidarios? Y en seguida le dije que sí, que me encantaría”, contó Claudia a diario Hoy. “El sábado repartimos 17 cafés con una bolsa de galletitas, todo en la calle, hasta que se hizo la hora de venir a abrir el local”, relató.
Este medio les consultó cómo responde gente cuando dos desconocidos, desinteresadamente, les entregan un desayuno y dijeron: “Nos agradece, nos dice muchas gracias y que Dios nos bendiga. Y se nos hace un nudo en la garganta porque es muy triste lo que se está viviendo. Es muy triste ver gente durmiendo en la calle, ver chicos chicos pero también gente grande”, reveló Claudia.
Muchos más que dos
El matrimonio alquila el comercio y no les sobra el dinero. “Ayudar nos hace bien, nos llena de felicidad. Los hacemos con esfuerzo pero también con la ayuda de los vecinos. Hace unos días pasaban tres chicas caminando y nos golpearon la puerta para felicitarnos porque vieron el cartel. Unos días después pasaron y nos donaron un termo: teníamos dos, ahora tenemos tres”, contó entusiasmada Claudia.
El matrimonio reconoce que la solidaridad del barrio hace posible la iniciativa: “En la cuadra todos colaboran, hay que decirlo porque son cosas que se ven muy poco y menos en pandemia. Hace poco vino una señora y nos trajo leche, y también un amigo nos acercó mate cocido; nos traen galletitas también, incluso ropa y frazadas para el frío”, comentaron a diario Hoy.
Claudia y Eduardo son de esas personas que no se quedan en las ideas. Se les ocurrió una forma de ayudar y la llevaron a la práctica. Después, pensaron en hacer desayunos económicos para remiseros y taxistas. “Siempre pienso que los días de lluvia son los peores y un desayuno calentito viene bien”, concluyó la mujer.