La pelusa de los plátanos invade las calles de la ciudad

“Genera irritación en las fosas nasales, garganta y ojos a muchas personas”, le precisaron a diario Hoy investigadores platenses.

Muchas de las calles y veredas platenses se tiñen durante esta época del año de un color amarillo que no pasa inadvertido. Es que, en septiembre y octubre, los plátanos, estos árboles históricos, dan sus frutos, que al soltarse desprenden una pelusa con forma de pequeño plumerito que genera una intensa picazón y, en muchos casos, fuertes alergias.

“El plátano es un árbol originario del hemisferio norte. Se lo utiliza ampliamente para el arbolado urbano en Argentina. Si bien el polen puede producir alergia, en este momento lo que produce alergia son los frutos formados del año pasado”, le precisaron a diario Hoy Corina Graciano y Santiago Martínez Alonso, del Instituto de Fisiología Vegetal del Conicet.

Y ampliaron: “En este momento, las flores de los plátanos ya no tienen polen, y los frutos están en maduración. Los frutos son aquenios que miden menos de un centímetro, con pelos largos en la base que contribuyen a la dispersión por viento. Los frutos se agrupan en una infrutescencia globosa de 3-4 cm de diámetro, que persiste en el árbol de un año al siguiente. En este momento en La Plata se pueden observar las infrutescencias del año pasado, de color ocre junto con infrutescencias verdes, más pequeñas que se formaron este año”.

Cuando las infrutescencias se desarman, los aquenios vuelan y se acumulan en cordones y veredas, obstruyendo los desagües y causando inconvenientes adicionales. “Esta pelusa genera irritación en las fosas nasales, garganta y ojos a muchas personas. Este proceso dura hasta que todas las infrutescencias del año anterior se hayan desarmado, y queden en el árbol solo las infrutescencias del año en curso. Las condiciones de estado del tiempo como vientos y lluvias fuertes pueden acelerar este proceso de desarmado de los frutos, que puede durar hasta tres meses. Sin embar­go, el viento también contribuye al efecto alergénico de estos frutos”, recalcaron los especialistas.

“Esta época del año nos recuerda que es importante que se considere el potencial alergénico de las especies a implantar, tanto cuando se planifica el arbolado urbano como al reemplazar ejemplares existentes, para que la ciudadanía en su conjunto disfrute de los árboles durante todo el año. El planeamiento del arbolado actualmente no debe solo considerar la estética y velocidad de crecimiento de las especies a implantar, sino los posibles efectos negativos en el entorno, como las alergias o la capacidad invasora de algunas especies, como los fresnos, las moras y los ligustros”, completaron.

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