Una tradición que se ha ganado un lugar muy importante en distintas regiones del país y que despierta pasión entre muchos argentinos que consumen diversas variedades.
En Argentina la vitivinicultura surgió cuando los españoles llegaron a nuestro territorio, en el año 1556.
La historia cuenta que un sacerdote llamado Juan Cedrón fue el primero en introducir la primera planta de vid en la provincia de Santiago del Estero. Y luego aparecieron en distintas provincias como Mendoza, La Rioja, Tucumán, San Juan, Salta o Río Negro, entre otras.
Los cultivos deben ser en un suelo seco y árido, con bajo nivel de lluvias.
Este fruto es regado con sistema de canales que transportan aguas provenientes de los deshielos, como la Cordillera de los Andes, ríos o arroyos. Este sistema de canales hace que la vid permanezca con agua.
Con esta fruta se producen una gran variedad de vinos, tanto de tintos, como de blancos o rosados.
Una de ellas es el Merlot. Este vino tinto es una de las variedades más consumidas en todo el mundo. Es muy suave y contiene frutas y hierbas, perfecto para acompañar una comida que contenga carnes rojas. De origen francés, es la uva más aromática. Se produce en diferentes partes del mundo como Francia, Chile, California y Australia.
El Cabernet Sauvignon al igual que el Merlot se produce en Francia, precisamente en Bordeaux, y también en California y en Australia. Este vino es un poco más fuerte y sirve para acompañar algunas carnes rojas y pastas. Es utilizado en coupages, mezclas varietales.
El Malbec es un buen compañero de las carnes rojas, al igual que el Cabernet. Es originario de la región francesa de Bordeaux, pero también se produce en grandes cantidades en el sur de América, en Argentina, Chile y Uruguay.
Entre los vinos blancos se encuentran Chardonnay. Es una variedad que se utiliza para producir la champaña, cultivada en los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Se puede acompañar con cualquier plato, su exquisito sabor y aroma lo hacen un acompañamiento ideal para cualquier comida.
El Sauvignonblanc, oriundo de Francia, es una de las variedades más ricas entre los vinos blancos. Su calidad depende de su tiempo, según los expertos, cuando más añejo mejor sabor. Los vinos blancos pueden provenir tanto de cepas blancas como tintas.
También hay vinos rosados como Rose Pinot. Son refrescantes, especiales para consumir en verano. El Merlot Rose, otro de los rosados, es suave y refrescante.
Y después están los vinos espumantes como el Shiraz, que son más conocidos porque son utilizados para los brindis. También son muy buenos para acompañar los platos principales. El champagne es uno de los más conocidos del mundo. Producido con la uva chardonnay, por lo tanto, es una variedad de vino blanco.