En pandemia aumentaron un 70% los ciberataques
Se ocultaron detrás de vacunas falsas, oportunidades de trabajo inexistentes y la creación de sitios web que ofrecen préstamos rápidos a quienes lo necesitan.
Conversación con Nicolás Colombo, uno de los mayores estudiosos de los aspectos más desconocidos de la capital provincial.
02/11/2020 - 00:30hs
Nicolás Colombo, referente del estudio de los aspectos más desconocidos de la ciudad de La Plata, dialogó con Diario Hoy, aportando información relevante sobre distintos temas que aún generan incertidumbre.
—¿Cuáles son, de las historias más conocidas sobre nuestra ciudad que circulan, las que no tienen asidero? ¿Y cuáles son las que a tu criterio caen en la categoría de misterio?
—En general las historias más difundidas son las que menos fundamentos tienen, a lo mejor porque al circular durante un tiempo de manera oral, el “boca en boca” las va deformando desde sus inicios. Algunas de estas podrían ser los supuestos gestos de las estatuas de Plaza Moreno y los túneles comunicando edificios públicos; o incluso otras que son un total invento como el “lobizón” de Ringuelet, y las “monjitas” de Berisso.
A veces, como ocurre con la estatua del arquero que está en Plaza Moreno, no hay suficientes evidencias para desterrar el mito. Ya que, si bien no se puede negar que esta obra de arte está apuntando hacia la catedral, no hay documentación que avale el motivo por el cual las autoridades municipales decidieron colocarla de esa manera. Si se trata de una mera casualidad o tiene un mensaje que aún no ha sido descifrado.
—¿Qué hay de la célebre red de túneles? ¿Por qué se habla de ellos con tanta insistencia y seguridad?
—El mito de los túneles es curioso, ya que, si bien a priori parece algo propio del folclore platense, es común a muchas ciudades de nuestro país (Buenos Aires, Azul, Paraná y Tandil, entre ellas). Tiene que ver con el desconocimiento de lugares ocultos bajo tierra, por más que sea sólo un sótano (como ocurrió en el Cementerio), un tanque cisterna (como el hallado hace poco en la Curia), o una cámara subterránea (como las existentes en las plazas, como Plaza Italia o el Parque Alberti). Lo que sí existe y muchos toman como túneles son los arroyos entubados y otras obras hídricas, o los túneles de hospitales y cárceles, que nada tienen de misterioso. Más allá de eso, no ha aparecido evidencia concreta de túneles secretos, como el que se menciona comunicando los edificios del eje cívico o bajo diagonal 80. Por el momento habrá que “conformarse” con el túnel de Plaza Malvinas (que perteneció al Regimiento 7), o el ya inexistente túnel de la Cárcel de Encausados en 1 y 59.
—¿Qué huellas visibles de la masonería hay en nuestra ciudad?
—Algunos investigadores afirman que los símbolos más evidentes pueden verse en el diseño urbano de La Plata: varias avenidas y diagonales dan forma de escuadra, compás, plomada y nivel. Nuevamente no hay documentación avalando que estos símbolos fueron puestos a propósito en el trazado, o fue una simple coincidencia.
Un lugar con mucha simbología, que merece ser reconocida e interpretada, es el sector de bóvedas fundacionales del Cementerio de La Plata, donde se ve todo tipo de símbolos funerarios asociados a la masonería. Por otro lado, en la ciudad, muchos que recorren el centro pasan por alto los símbolos que aparecen allí: en calle 47 entre 8 y 9 puede verse un mural masónico, y a una cuadra (en la esquina de 7 y 47) hay una placa pentagonal con la escuadra y el compás, que recuerda al G:. I: (Gran Inspector) Joaquín V. González. Esta placa fue colocada por los masones en el edificio de la presidencia de la UNLP, que en su hall de entrada tiene otra placa masónica que data de 1999.
—¿Curiosidades de los espacios verdes?
—Nuestra ciudad tiene decenas de edificios protegidos, pero sólo un árbol cuenta con protección: se trata del jacarandá que Benito Lynch plantó en la plazoleta que se encontraba frente a su casa, en 8 y 43. Otros árboles históricos no reconocidos como tales por las autoridades son los robles de 1 y 53 (datan de 1857), los eucaliptos del Paseo del Bosque (comenzaron a ser plantados en 1862), el roble de Guernica de Plaza Moreno, el retoño de San Lorenzo en Plaza San Martín, el retoño del aguaribay de Joaquín V. González junto a la presidencia de la UNLP y el algarrobo plantado por René Favaloro en diagonal 73 y 68. Ni siquiera se ha reconocido a los tilos de avenida 7 (traídos en barco desde Alemania) o a un ombú, que desde 1936 es el árbol patrono de La Plata.
Otra curiosidad botánica tiene que ver con que en La Plata se halló la única planta carnívora descrita en la Provincia: se trata de la Utricularia platensis, una especie acuática que con sus sacos o “utrículo” es capaz de capturar larvas de mosquitos y pequeños peces.También en el Paseo del Bosque, dentro del antiguo zoológico, hay un árbol que está fosilizado. Se trata de un tronco fósil que fue colocado en este espacio verde por el perito Moreno para servir de basamento a un busto del explorador Jules Nicolas Crevaux.