“Nada bueno sale de una cultura del maltrato y del abuso”

Ante una población de adultos mayores que se encuentra en aumento, resulta preocupante el crecimiento de comportamientos violentos.

Naciones Unidas estima que para 2030, el número de personas mayores de 60 años aumentará un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud de todo el mundo. Frente a estas cifras, también preocupa el aumento de denuncias por maltratos a personas mayores, a nivel nacional y mundial.

En el marco del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, el doctor Daniel Matusevich, integrante de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), destacó, en diálogo con diario Hoy, que el maltrato y abuso en la vejez “es poco reconocido, y este subreconocimiento tiene que ver con el lugar que los adultos mayores ocupan en nuestra sociedad”. Y agregó: “Nuestra cultura se sostiene en un prejuicio que se conoce como viejismo, un prejuicio por el cual, los viejos son dejados de lado, soslayados y relativizados en las sociedades. Es un prejuicio muy particular, a partir del cual, estoy soslayando a aquello en lo que me voy a convertir, o sea que me estoy discriminando a mi mismo”.

“Podemos decir que nada bueno sale de una cultura del maltrato y del abuso, ni a los niños, ni a los viejos, ni a las mujeres, que serían tres víctimas clásicas de lo que es la violencia”, destacó Matusevich en relación a una situación en la que se encuentran inmersas las sociedades, y en la cual, “el abusador, de alguna manera intenta justificar, de las formas más estrafalarias, eso que está haciendo. Muchas veces, el abuso y el maltrato se esconde tras una falsa fachada de cuidado: ‘no lo dejo salir, porque si lo dejo salir es muy peligroso para él’, y en realidad lo que está haciendo es tomar el control de la vida de esa vieja o ese viejo”.

Por otro lado, el director nacional de Políticas para Adultos Mayores, Tomás Pessacq, dijo a diario Hoy que “la verdad es que, conforme avanzan medidas de protección frente a la Covid-19, se ven cercenadas algunas libertades, algunos derechos y algunas garantías, específicamente los derechos civiles y los derechos políticos”.

“No cabe ninguna duda de que tenemos que acompañar los protocolos implementados para combatir la pandemia, con medidas y criterios que eviten aquella violencia que conduzca a estigmatizar a la población de personas mayores, a aislar de la vida social a las personas mayores y a suprimir todo tipo de contacto con referentes afectivos y con la vida social misma”, cerró.

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