La plataforma existe desde 2016, pero era muy diferente. En 2018, el dueño de la página de cámaras eróticas MyFreeCams compró el 75% de las acciones, y el contenido comenzó a cambiar.
Hace poco desde este diario se estuvo hablando del streaming y la revolución que este conlleva. Una de estas novedades la trajo una aplicación que es tendencia y modificó el modo de trabajar: la aplicación OnlyFans. Fue creada en Reino Unido en 2016 y estaba orientada a un público más general, pero en el 2018 el creador de la página de webcams eróticas MyFreeCams, Leonid Radvinsky, adquirió el 75% de la aplicación. Pasó a ser su máximo responsable, por lo cual comenzó a darle, en algunos casos, un enfoque más orientado al sexo y al contenido adulto; por esta razón la aplicación se volvió viral.
Su funcionamiento es muy sencillo: un generador de contenido se crea una cuenta y otros usuarios pueden suscribirse para acceder a ella abonando una cuota mensual para ver de manera exclusiva lo que suba a su perfil, que también es posible pagar individualmente.
La plataforma cuenta además con diferentes formas de pago para los usuarios que deciden consumir el contenido, paquetes y ofertas. Only Fans retiene un 20% de lo recaudado por el creador de contenido, quien se lleva un 80% de las ganancias. En OnlyFans existen dos tipos de usuarios: los fans y los creadores de contenido, en ambos casos es necesario tener más de 18 años y contar con crédito para acceder a la red social.
De esto se trata el sitio, que está en un momento de auge. Quienes adhieren a esta iniciativa destacan que “es una forma de ganar dinero siendo tu propio jefe de verdad”.
Este multimedio también se pudo contactar con alguien que vive de la aplicación. Esta persona pidió ser llamada R (26 años) para no revelar su identidad real ni la que utiliza en OnlyFans, lugar donde trabaja ya desde hace un año y medio. “Esto empezó de la siguiente manera: yo trabajaba de moza en un bar de la diagonal 74 y ganaba dos mangos, pero me alcanzaba. Cuando pasó lo de la pandemia, los empleados de los bares quedamos en la calle, con todo lo que eso implica en la situación en la que estábamos. Primero caí en la desesperación de cómo iba a pagar todo. A los pocos días hablé con Sarah, una amiga mía de Alemania que me comentó sobre OnlyFans. Al principio me pareció una locura, pero me dijo dos cosas que me dejaron pensando: podés poner en la página que tu usuario no salga en tu país y además puede no salir tu cara, o podés salir con una máscara en los videos. Ahí la cosa empezó a cambiar”, contó R, quien vive en Ensenada y dividía su tiempo entre el bar y la carrera de Psicología.
“Siempre tuve buena figura, aunque no me esfuerzo mucho. Ahora empecé a ir a un gimnasio en la plaza, porque si quiero sacarle rédito a esto, necesito seguir así varios años más”, manifestó R.
El precio lo pone el creador del contenido, siendo el más bajo posible 5 dólares; lo demás es una cuestión de demanda y de cuánto están dispuestos a pagar los usuarios. Además del contenido que ofrece el creador, está la opción de aceptar solicitudes de fotografía o video, que se pagan aparte, y también están las propinas. Todos los valores se manejan siempre en dólares.
Sobre esto último comentó R: “Con lo que gano acá, ni loca vuelvo a un bar a que me maltraten por plata que no me alcance para nada. El otro día, por ejemplo, me pagaron 100 dólares para que me despinte los pies: me eligieron el color que quería que me los pinte de nuevo y después los vieron durante 10 minutos y ya está. Me parece inteligente hacer dinero por algo así”.