Otra foto de la pandemia: plazas y canchas vacías

Con la irrupción del coronavirus en la escena mundial, cerraron los colegios y se terminaron las actividades extraescolares.

Con la llegada del coronavirus, el fútbol, al igual que otros deportes, debió en­trar en un receso obligado. Desde mediados de marzo en la Argentina nadie volvió a alentar a su equipo desde las tribunas de un estadio; los profesionales no pisaron más el césped de una cancha y los relatores de radio y televisión se quedaron mudos.

Sin embargo, hubo un grupo de jugadores que fueron los más afectados: los niños. Ellos tuvieron que acomodarse, primero, a los colegios cerrados, y luego, a la falta de actividades extraescolares.

En la ciudad de La Plata, aproximadamente, 1.500 chicos y chicas, de entre 4 y 16 años, concurren a fútbol a alguno de los 21 establecimientos nucleados en Escuelas de Fútbol Unidas. La organización representa solo a aquellas instituciones no competitivas, que se dedican a la enseñanza del deporte de manera recreativa.

Tanto los directores como los profesores de las escuelas de fútbol admiten que la situación económica que atraviesan es muy dura, ya que las familias, por la situación financiera que también afrontan, dejaron de pagar las cuotas.
“De todos modos, seguimos en contacto por redes sociales y WhatsApp. Todas las semanas proponemos desafíos y les pedimos que nos envíen los videos”, contó Federico Delucchi, director de Futbolemia.

La mamá de Felipe Ramírez, Florencia, dijo que más allá del fútbol, añoran la rutina que gira en torno a la actividad y los sábados de encuentros con otras escuelitas. A la vez, refirió que su hijo sigue ejercitándose y comentó: “Tenía los botines nuevos y es el calzado que usa, casi a diario. Practicamos mucho en el fondo de casa, pero no vemos la hora de volver”.
Felipe, con solo 6 años, también habló con diario Hoy y comentó: “Estoy entrenando con lo que me mandó ‘El Pato’ (así llama al coordinador de la Escuela), y quiero ver al profe Coke y a todos mis amigos”.

El director de la Escuela de Fútbol Integral (EFI), Gastón Mendoza, comparte con los niños y sus padres el deseo de regresar a las canchas. “Extrañamos ser parte de la formación de los chicos, verlos jugar y disfrutar”, reconoció “Tato”.

El director de Pura Gambeta, Esteban Abadie, más conocido como “Pachu”, debió reinventarse ante la crisis económica y comenzó a ofrecer servicio de poda y parquización. Entre su nuevo trabajo, se hace un tiempo para estar cerca de aquellos que cada año asisten a las escuelas que tiene en Los Hornos y en el campo de deportes del Colegio Padre Castañeda, y expresó: “Decidimos no perder el contacto por una cuestión emotiva. Nos extrañamos mutuamente”.