Por el calor y la falta de agua, el 2020 fue el segundo año más cálido

Según el Servicio Meteorológico Nacional, los ecosistemas argentinos tuvieron que hacerle frente no solo a la pandemia, sino también a la falta de precipitaciones y a los numerosos incendios que afectaron a gran parte del territorio nacional.

Una semana atrás, desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informaron que el 2020 fue el tercero más caliente desde que existen registros. De esta manera, las temperaturas registradas el año pasado fueron partícipes de una de las décadas más cálidas de la historia.

Frente a esta problemática, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que, este siglo, el planeta va en “camino a alcanzar un aumento catastrófico de la temperatura” .

“La confirmación de la Organización Meteorológica Mundial de que 2020 fue uno de los años más cálidos desde que se iniciaron los registros es un claro recordatorio de que el cambio climático avanza con paso firme, destruyendo a su paso vidas y medios de subsistencia en todo nuestro planeta”, añadió Guterres.

En concordancia con lo que sucede a nivel mundial, desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informaron que el año pasado fue el segundo más cálido del país. Con una anomalía de +0.63°C, solo es superado por los registros del 2017 (+0.68°C).

A partir de un comunicado, el SMN añadió que el 2020 “estuvo marcado por una intensa sequía y numerosos focos de incendio”. Según precisó el organismo nacional, los niveles de lluvia no alcanzaban valores tan bajos desde 1995. “Argentina también experimentó una extensa y prolongada sequía que afectó a más de la mitad del país”, explicaron.
De acuerdo al informe del SMN, la región central fue la más afectada, “registrando el año más seco desde 1960”, mientras que el Litoral y la zona núcleo afrontaron “el tercer año con menor cantidad de lluvias”.

Según explicaron desde la OMM, Argentina, Paraguay y la zona occidental de Brasil fueron las regiones más afectadas por la crisis hídrica. Solo en Brasil, las pérdidas agrícolas provocadas por la falta de agua alcanzaron los 3.000 millones de dólares.

De esta manera, las históricas sequías y la baja humedad, sumado a las altas temperaturas, crearon un ambiente propicio para la propagación del fuego. En este sentido, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, advirtieron que el 2020 “se convirtió en el año con mayor cantidad de focos ignífugos”, superando los 100.000 solo en agosto.

Más allá de las secuelas del coronavirus, la ola de calor que afectó a la región de Cuyo durante más de 10 días, las temperaturas superiores a 45° registradas en Salta en septiembre, las jornadas de frío extremo en el sur de la Patagonia y el resto de los eventos naturales que afectaron al país y al mundo, convirtieron al 2020 en un año para el olvido.

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