Emprendedores del Mercado de la Ribera

Preocupa el futuro de los productores regionales de Berisso

Pocas ventas, aumentos de los insumos y escasas políticas estatales destinadas al sector complican el trabajo de los emprendedores del Mercado de la Ribera. La eliminación de programas destinados a la agricultura familiar, un agravante clave de esta crisis

En Berisso, los productores locales que se nuclean en el Mercado de la Ribera intentan día a día sortear las dificultades generadas por el actual modelo económico. Con las ventas en declive y los insumos en ascenso, sus perspectivas son poco auspiciosas. 

El presidente de la Cooperativa del Vino de la Costa, Martín Cassali, graficó la situación: “El último año se vendió entre un 30% y un 40% menos que el año anterior y además, desde que asumió el Gobierno, los costos subieron un 100%”.

Entre los productores de la ribera se encuentran los vitivinícolas, los frutihortícolas, los elaboradores de quesos, artesanías en mimbre, conservas, dulces caseros y plantas nativas, entre otros. Todos coinciden en que se eliminaron las políticas del Estado que beneficiaban, protegían y le permitían crecer al sector.

Particularmente, las principales dificultades se generaron con los recortes al programa Cambio Rural, un proyecto que comenzó en 1993 y que conecta a personas con conocimientos en actividades agrícola-ganaderas con quienes necesiten de su asesoramiento y asistencia para producir. Tras un “reempadronamiento”, a fines de julio el Ministerio de Agroindustria de la Nación dio de baja 880 grupos de productores en 22 provincias y solo habilitó la continuidad de 404 agrupaciones. De este modo se acentuó la reducción del programa, iniciada un año y medio atrás, cuando la cantidad de núcleos productivos rondaba los 1.940 e integraba a cerca de 19.000 productores.

Ricardo Guerrero, presidente de la Asociación de Productores Apícolas de Berisso, relató que en la 14ª edición de la Fiesta del Vino de la Costa, que se realizó a principios de julio, los apicultores vendieron 78 kg de miel, mientras que el año pasado en el mismo evento habían despachado 330 kg. Una baja del 76,36%.

En esa misma ocasión, los productores de licores artesanales decidieron subir el precio de venta en $10 por unidad, “porque no podíamos aguantar más, no daban los números”, lamentó la productora Andrea Ruscitti. “Este modelo económico nos ha pegado una buena sacudida. Hace dos años había estabilidad económica, uno sabía que compraba la materia prima necesaria para elaborar los productos y manejaba más o menos los mismos costos. Pero ahora el aumento es constante”.

Ausencia de programas del Estado

El gobierno de Cambiemos asumió en 2015 con un discurso que, entre otras cosas, prometía defender y sacar de la crisis a las economías regionales. Sin embargo, en dos años de gestión, el sector más beneficiado fue el de los grandes productores rurales y los pooles de siembra. Mientras este grupo obtuvo ventajosas rebajas impositivas, los planes destinados a ayudar a la pequeña producción fueron recortados.

“Los programas de financiamiento que había para la producción primaria obviamente no están más. Y no hay una política de la Provincia destinada a la agricultura familiar”, afirmó Martín Cassali, y agregó: “El plan más importante que había antes era el Plan Periurbano, que estaba destinado al financiamiento de la producción primaria. Este programa daba créditos y subsidios a la producción, para la compra de herramientas, por ejemplo, o de insumos”.

En ese sentido, Ricardo Guerrero remarcó que a los productores cada vez se les hace más difícil contar con técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA) para mejorar la producción: “Están escaseando cada vez más los técnicos y nosotros sin eso no podemos estar”.

Un mercado levantado a pulmón 

El Mercado de la Ribera, ubicado en la calle 170 entre 8 y 9, fue levantado y acondicionado a pulmón por los productores ribereños. A fuerza de insistir, lograron recientemente que el municipio se comprometiera a realizar una serie de mejoras de infraestructura que vienen reclamando desde hace meses, como baños y la construcción de otra nave para ubicar los stands.

“Somos productores de la zona que trabajamos en el monte y comercializamos ahí. Es un espacio que ganamos nosotros. Pero querían traer gente de Tigre a vender”, afirmó Andrea Ruscitti.

A su vez, en los campos donde trabajan, adolecen de condiciones de infraestructura básicas que el Estado debería mejorar. “Nos habían dicho que iban a arreglar los caminos rurales y todavía estamos esperando. Con las lluvias que hubo este año no se puede entrar a los campos, tenés que dejar el vehículo, caminar cinco cuadras y acarrear todo a mano”, explicó el apicultor Ricardo Guerrero.

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