Recuperaron algunas ollas y volvieron a cocinar en la Escuela 27: los chicos felices

Luego de un comienzo de semana inesperado, los integrantes de la comunidad educativa de la escuela Crucero General Belgrano, de barrio Aeropuerto, volvieron a cocinar para los chicos de la zona de 4 y 611.

La escuela Primaria N° 27 es una de las que cumple funciones de comedor, cuenta con 280 meriendas a la tarde y con 530 platos de comida para los alumnos cuyos padres se inclinan por elegir la modalidad del comedor que es gratuita y opcional, tanto para los estudiantes del turno de la mañana como el de la tarde.

El lunes por la madrugada, un grupo de delincuentes rompió dos puertas para ingresar a robar y, además de provocar destrozos en el interior del edificio, se llevaron hasta las ollas que se usan para que los alumnos puedan tener un plato de comida.

“El lunes intentamos arreglarnos para darles, como pudimos, una guarnición a los chicos que ya están acostumbrados a comer en el lugar y no tienen la culpa de los malvivientes que no tuvieron ni piedad por la comida del otro”, relató indignado uno de los auxiliares que a diario cocina entre el turno de la mañana y el de la tarde para los más de 500 alumnos que llegan desde Villa Zula, barrio Aeropuerto y barrio Frisón.

“Tenemos capacidad para alimentar a 530 chicos al mediodía, pero, además, a la mañana les damos un desayuno y a la tarde una merienda para los chicos que van al colegio en ese turno. Lo que nos está faltando son dos auxiliares más para poder ayudar a los cuatro que ya están a diario cocinando para que los alumnos puedan alimentarse antes de irse a la casa (los de la mañana) o antes de entrar a cursar en el caso de los que van a la tarde”, explicó Adriana, una de las autoridades de la escuela.

Según el cálculo que se hizo en el lugar, los 530 chicos que se alimentan al mediodía, con la comida que se hace en el comedor de la escuela N° 27, representa a más del 75 por ciento del total de los chicos que van a cursar a esta escuela del barrio Aeropuerto, dentro de la localidad de Villa Elvira, y de allí la importancia de haber logrado recuperar las ollas y los materiales para cocinar en el lugar.