Se descubren dos mecanismos “quema grasas” contra la obesidad

Activan al tejido adiposo oscuro, que quema energía para generar calor.

Se estrecha el cerco alrededor de la obesidad gracias al descubrimiento de dos mecanismos quema grasas que pueden despejar el camino hacia el desarrollo de futuros fármacos capaces de controlar el exceso de peso y contrastar lo que es considerada una verdadera epidemia que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 2.200 millones de personas en todo el mundo

Los descubrimientos, publicados en las revistas Nature y Plos Biology, arrojaron luz acerca de mecanismos para despertar al tejido adiposo oscuro -también conocido como "grasa beige"-, o sea la parte del tejido graso que ayuda a quemar energía para generar calor,  mientras que el blanco favorece su acumulación.

La primera investigación fue realizada en Estados Unidos, en el Instituto para la Investigación sobre el Cáncer Dana Farber, donde el grupo encabezado por Edward Chouchani descubrió que el frío favorece la concentración, en el tejido oscuro, de una sustancia producida por el metabolismo llamada Succinato. Los resultados hasta ahora obtenidos en ratones son alentadores: bastó que los animales bebieran el agua "correcta" con Succinato para no engordar, incluso cuando eran sometidos a una dieta rica en grasas.

Los estudiosos reconstruyeron el recorrido de esta sustancia, que es liberada en el flujo sanguíneo por la actividad muscular y de allí capturada y almacenada en el tejido adiposo oscuro.

El segundo experimento, realizado en España, en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), verificó un segundo camino para activar la grasa beige, esta vez por intermedio de una proteína llamada p38 alfa.

El grupo de Guadalupe Sabio la individualizó en el tejido adiposo oscuro de más de 150 individuos obesos y descubrió que actúa frenando a otra proteína, llamada UCP1. Esta última, también presente en el tejido adiposo oscuro, activa las células quema grasas y desarrolla calor.

La confirmación de este mecanismo llegó a través del experimento en el que ratones genéticamente modificados para no poseer la p38 alfa no engordaban ni siquiera si su dieta era rica en grasas. Los científicos observaron que el eliminar el freno molecular permitía al tejido quema grasas funcionar a pleno ritmo.

El próximo paso será ver si ambos mecanismos de activación del tejido adiposo oscuro funcionan en el ser humano.