Tanto el impacto de la cuarentena como el giro hacia nuevos formatos de relaciones marcan los lazos sociales en el 2021.
Si hubo cambios que se dieron en los últimos años y se profundizaron con la explosión de la pandemia, uno de ellos tuvo que ver con las relaciones amorosas y los vínculos sociales que se generaron entre las personas.
“Hay relaciones que tenemos como naturalizadas e instituidas, como es la monogamia, que concibe una unión amorosa entre dos personas. Hoy se observa que hay otros tipos de relaciones como el amor libre o estar solo, lo que se solía ver como algo extraño, porque se esperaba que alguien de cierta edad sí o sí tuviera pareja”, señaló a diario Hoy la sexóloga y educadora en sexualidad, Analía Pereyra.
En ese plano, la especialista evaluó: “Esta nueva era nos muestra que se van revisando críticamente estos modelos instituidos, y se evalúan nuevas posibilidades de vínculos, como las familias ensambladas”.
La irrupción desde hace algunos años de las redes sociales y, en los últimos tiempos, de las aplicaciones de citas también hicieron que los cambios en las formas de conocer a otros dejaran de responder a los medios tradicionales.
“Hoy estamos en una etapa en la que con solo un teléfono e internet ya se pueden bajar aplicaciones para conocer gente, sea desde la amistad o para buscar parejas. Las redes nos dan esa posibilidad de conocer personas que no sean solo del entorno cercano; hay vínculos sexoafectivos con personas que están en otros países sin haberse visto antes, lo que también permite conocer otras realidades”, marcó Pereyra.
En ese sentido, señaló que ante las consultas que reciben de las personas, hay muchos sexólogos que se dedican a juzgar y eso no permite que los pacientes se sientan cómodos para explorar nuevas experiencias que podrían ser beneficiosas para ellos.
“Como profesionales estamos para escuchar y ayudar, no podemos juzgar a quienes acuden a nosotros. Hay muchos a los que les falta esta capacitación en amplitud de derechos y terminan etiquetando a las personas dentro de lo que consideran un problema. Estamos muy condicionados, no es fácil salir de cuestiones que vienen impuestas desde hace siglos; entonces hay personas que lo viven como un drama esto de salir de la norma y ver el amor de otra manera”, subrayó la profesional.
En tanto, la cuarentena representó otro factor condicionante para los vínculos entre las personas, tanto para aquellos que se vieron beneficiados, como para los que no pudieron con la presión y se separaron.
“Vimos que a quienes estaban viviendo juntos les tocó readaptarse, a otros les tocó distanciarse, eso provocó poner un freno y evaluar desde dónde conectar, en varios casos hubo baja del deseo. A quienes se quedaron sin trabajo también los afectó, porque sabemos que lo económico impacta sobre la persona y en consecuencia en la pareja; hay miles de realidades y situaciones que acontecieron”, marcó Pereyra.