Vacuna argentina contra la Covid-19: los ensayos de la Fase 1 iniciarán en enero

Se espera que el antídoto nacional, bautizado Arvac-Cecilia Grierson y desarrollado por el Conicet en conjunto con la Universidad Nacional de San Martín y el Laboratorio Cassará, pueda comenzar a producirse a gran escala para fines de 2022.

La Argentina dará inicio en enero próximo a los ensayos de la Fase 1 en seres humanos de la vacuna de origen nacional llamada Arvac-Cecilia Grierson, en honor a la primera médica del país. La noticia la brindó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación al explicar que a fines del corriente año se terminará con los estudios preclínicos. “El objetivo es que la Arvac-Cecilia Grierson sea una vacuna adyuvada recombinante contra la Covid-19 que pueda almacenarse entre 2 y 8 °C. Esta podría usarse como refuerzo y cambio de variante de las inoculaciones actuales y/o como inmunización primaria. Con las capacidades científicas de la Unsam/Conicet junto a las del laboratorio privado, se logró producir la dosis con buenas prácticas de manufactura”, detalló en un comunicado la

Universidad Nacional de San Martín, uno de los espacios encargados del desarrollo del antídoto al igual que el Conicet y el Laboratorio Pablo Cassará.

En las pruebas preclínicas, la vacuna mostró ser eficaz frente al virus y a las diversas variantes, y hoy en día se está terminando con los ensayos toxicológicos. Éstos se vienen llevando a cabo en el Centro de Medicina Comparada de la Universidad Nacional del Litoral; una vez terminado el proceso se procederá a enviar a la Anmat los protocolos del ensayo de fase 1 para su validación. En sí, las fases clínicas constan de tres etapas, siendo la primera la que se iniciará en enero donde se evaluará su seguridad en un grupo muy reducido de personas, mientras que en la fase 2 y 3 habrá grupos más numerosos. Por lo pronto, se prevé que la vacuna nacional sea utilizada, por un lado, como refuerzo en personas que ya hayan completado su esquema, y por otro como dosis de primovacunación.

“De las distintas plataformas que existen actualmente para inocularse contra SARS-CoV-2 elegimos utilizar vacunas a subunidad, basadas en proteínas recombinantes como la que existe contra la hepatitis B y HPV del calendario nacional. Se trata de una de las plataformas de las que mayor conocimiento se tiene en cuanto a la seguridad ya que puede aplicarse a embarazadas, bebés o inmunosuprimidos. Además, este tipo de dosis podría utilizarse para dar los refuerzos anuales si fuera necesario en individuos ya vacunados con otras plataformas como las inactivadas, de adenovirus o ARN”, mencionó la científica que lidera el equipo de la Universidad Nacional de San Martín, Juliana Cassataro. Al tener este tipo de fórmula, algunas de las ventajas es que se puede lograr una mayor estabilidad, al mismo tiempo que facilita los sistemas de conservación y la distribución en todo el territorio nacional.

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