Volantazo de la tristeza hacia la alegría

La realidad del payaso Volantín es similar a la de cientos de animadores de fiestas infantiles y magos. La pandemia arrasó con sus trabajos y, mientras que algunos pudieron reinventarse, dedicándose a nuevas labores, otros aún subsisten gracias al cariño de los niños y sus familias.

Jesús Meza, platense por adopción, dedicó casi treinta años a divertir a chicos y grandes en la Casita del Sol. Su hijo, Sebastián, siguió sus pasos y, con 22 años, estudia Odontología y también se dedica a entretener a los
más pequeños.

Sin embargo, la intempestiva llegada del coronavirus quebró sus rutinas, y no solo perdieron el trabajo, sino que también se vieron obligados a despojarse del contacto con esos miles de chiquitos que, diariamente, desplegaban sus carcajadas en los recintos diseñados para la diversión.

Lejos de refugiarse en la tristeza, los Meza decidieron, junto a la otra integrante de la familia, una joven de 14 años, producir compilados para alegrar gratuitamente por medio de las redes sociales.

“Subimos videos a Facebook y a TikTok para los niños, y también para los grandes. En esta situación, no olvidemos que los más afectados son los chicos. La idea es poder llevar a sus casas un ratito de alegría. Incluso, he mandado saludos personalizados de cumpleaños, porque amo lo que hago. Más allá de que este sea mi trabajo, porque vivo de él, siento una profunda vocación”, expresó Volantín.

Jesús Meza nació en Perú, pero se nacionalizó argentino. Desde los 13 años trabaja y llegó a compartir escena con los payasos de Nubeluz. También probó suerte como ayudante de chapista, albañil y hasta canillita del diario Hoy, aunque nunca
fue una opción abandonar su bolso con zapatos gigantes, trajes multicolores, peluca y nariz roja.

“Crío solo a mis hijos y tengo una nietita que es mi devoción. Es momento de sacar fuerza de donde no tenemos para salir adelante. Pese a que es muy dura la situación económica que estamos atravesando, quiero seguir robándoles sonrisas a grandes y chicos, al menos a través de una pantalla”, expresó Jesús.