De esa manera, el oficialismo volvió a tomar el control del órgano legislativo, tras cinco años en los que estuvo en manos de la oposición.
La nueva Asamblea Nacional venezolana inauguró ayer sus sesiones, con la asunción de sus nuevos integrantes. A partir de ahora tiene mayoría chavista, luego de la victoria electoral lograda por el oficialismo hace un mes exacto, en unos comicios enrarecidos, con sólo un 30% de participación.
Es que el sector que proclama a Juan Guaidó como “presidente encargado” del país, con apoyo de los Estados Unidos, había boicoteado esas elecciones, llamando a la población a no participar y denunciando fraude.
Le salió, quizás, el tiro por la culata: con la abstención generalizada, el chavismo, encolumnado detrás del presidente Nicolás Maduro, ganó cómodamente una mayoría de los escaños de la Asamblea, que hasta entonces respondía mayoritariamente a Guaidó.
De esa manera, el oficialismo volvió a tomar el control del órgano legislativo, tras cinco años en los que estuvo en manos de la oposición.
Por cierto, Guaidó y sus seguidores desconocieron la legitimidad de esta nueva Asamblea y realizaron una ceremonia propia para ratificar la continuidad del parlamento con su composición anterior.
Guaidó desconoce, directamente, que la elección del 6 de diciembre haya sido válida; pero su argumento fue rechazado por el Tribunal Superior de Justicia, que responde al chavismo.