El jefe de Gabinete de Brasil se vacunó a escondidas de Bolsonaro

"Si la ciencia me dice que debo darme la vacuna, ¿quién sería yo para oponerme?", afirmó.

El jefe de Gabinete de Brasil, general retirado Luiz Eduardo Ramos, confesó haber recibido la vacuna contra el coronavirus a escondidas del presidente Jair Bolsonaro, para evitar que se enoje.

"Me di la vacuna escondido, tenía otra orientación. Como cualquier ser humano, quiero vivir", dijo Ramos y agregó: "Si la ciencia me dice que debo darme la vacuna, ¿quién sería yo para oponerme? Estoy involucrado personalmente intentando convencer a nuestro Presidente. No podemos perder al Presidente para el virus. Su vida corre riesgo, tiene 65 años."

El jefe de Gabinete hizo esta confesión en la misma reunión del Consejo de Salud transmitida en vivo en la que el ministro de Economía, Paulo Guedes, profundizó los cuestionamientos oficiales sobre la vacuna más administrada hasta ahora en el país -CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac- y retomó una agresión diplomática que hizo famosa el ex Gobierno de Donald Trump: llamó "virus chino" al coronavirus.

Pero fue lo dicho por Ramos, amigo de Bolsonaro, fue lo que más impacto causó. El jefe de Gabinete contó que le ocultó al Presidente su vacunación -que realizó de manera legal dentro del plan nacional de inmunización- luego que éste declarara en al menos dos oportunidades que no pretendía vacunarse ahora y que iba a ser el "último de la fila".

El mandatario tuvo Covid-19 a mediados de 2020 y en ese momento defendió el uso de remedios desaconsejados por la ciencia como el antipalúdico cloroquina en lugar de las vacunas que ya había en el mercado.

La noticia golpea una vez más una gestión presidencial de la pandemia que cada vez suma más frentes de combate. Entre trabas y cuestionamientos a la campaña de vacunación se desarrolla, sin embargo, en una crisis política más amplia.

Con Brasil encaminado a superar esta semana los 400.000 muertos por coronavirus,, tanto Bolsonaro como su Gabinete se encuentran bajo investigación de una comisión del Senado que tiene 90 días para apuntar los responsables de la crisis sanitaria y de la vacuna en Brasil.

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