El Papa Francisco encabezó celebraciones de Jueves Santo con mensajes de misericordia

El Sumo Pontífice dirigió una serie de celebraciones significativas durante el Jueves Santo, marcando el comienzo del Triduo Pascual, un período crucial en la liturgia católica que culmina con la celebración de la resurrección de Jesucristo en la Pascua.

La jornada comenzó con una misa dedicada a los sacerdotes de la Iglesia, donde el Santo Padre instó a los clérigos a liberarse de egoísmos y ambiciones, recordando la institución de los sacramentos sacerdotales durante la Última Cena de la pasión y muerte de Jesús. Más tarde, en un gesto de humildad y servicio, el Papa se trasladó a la prisión de Rebibbia, donde realizó el lavado de pies a mujeres presas, siguiendo la tradición de Jesús lavando los pies de sus discípulos.

Hoy, el Papa liderará el Vía Crucis, con meditaciones escritas por él mismo, un hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia Católica.

Durante la misa de Jueves Santo, el Papa Francisco pronunció un mensaje a los sacerdotes, instándolos a mostrar compasión y lágrimas en su comportamiento, enfatizando la importancia de sentirse hermanos de todos los pecadores del mundo. En un discurso conmovedor, Francisco destacó la necesidad de solidaridad y comprensión, llamando a los sacerdotes a ser instrumentos de misericordia en un mundo lleno de dificultades y sufrimientos.

“El Señor no nos pide juicios despectivos sobre los que no creen, sino amor y lágrimas por los que están alejados”, enfatizó el Papa. Además, expresó su gratitud a los sacerdotes por su servicio y sacrificio, reconociendo su labor en llevar la misericordia de Dios a los necesitados. Asimismo, instó a los clérigos a liberarse de egoísmos y ambiciones, buscando la paz y la reconciliación en Dios.