Tres muertos tras la explosión de un edificio en el centro de Madrid

La construcción estalló debido a una fuga de gas. En el transcurso de este jueves se realizará un derrumbe controlado para evitar que sus restos se conviertan en un peligro para los vecinos.

Al menos tres personas fallecieron tras la ex­plosión en un edificio en el centro de Madrid, causado según fuentes oficiales por un escape de gas minutos antes de las tres de la tarde.

Además hubo once heridos, confirmó el delegado del Gobierno de la Comunidad, José Manuel Franco, sobre la explosión que ha volado las cuatro plantas su­periores del inmueble si­tuado en el número 98 de la calle de Toledo, a menos de un kilómetro de la Plaza Mayor.

Según el balance realizado por Emergencias y la información facilitada por el Arzobispado de Madrid, los tres fallecidos son varones.

Fuentes policiales indicaron que el incidente se produjo mientras se revisaba la instalación en la parte posterior del edificio, un centro parroquial de la Iglesia de la Virgen de la Paloma, que tiene despachos, un centro de acogida de Cáritas, salas de reuniones, un salón y tres viviendas para sacerdotes.

La Archidiócesis de Madrid ha informado que la caldera llevaba
zdías funcionando mal, pero la borrasca Filomena había obligado a retrasar su reparación.

Según informaron, la explosión ha derrumbado parte de los pilares que so­portan la sexta planta y las buhardillas del ático y desde la segunda planta hasta el ático, los muros exteriores han reventado y caído al exterior.

El edificio había sido inaugurado en 1991 y sus plantas superiores “tendrán que ser objeto de derrumbe controlado” que según confirmaron en la jornada pasada se harán durante el día de hoy para evitar que las plantas que no cayeron se conviertan en un peligro para los transeúntes que por allí pasan a diario.

“Estábamos a 400 metros y he escuchado la explosión. Nos han evacuado a todos los residentes”, afirmó Juan Miguel Estepa, trabajador de la residencia Los Nogales. Una mujer que acababa de bajar del autobús cuando oyó la explosión, a escasos me­tros, explicó que vio “un cuerpo tendido en el suelo”, aunque no se atrevió a decir si era un herido o un fallecido, para poco después, regresar a su hogar temblando por el miedo, donde debió ponerse frente a una computadora para dar sus clases online.