Alertan sobre el crecimiento de la violencia sexual hacia los migrantes que cruzan la selva del Darién

Carmenza Gálvez, coordinadora de Médicos Sin Fronteras, habló en exclusiva con diario Hoy sobre la gravedad de estos casos que incluyen también a menores de edad y que la comunidad internacional elige no visibilizar.

En Panamá, Darién es la provincia más grande y menos poblada del país. Pero, a pe­sar de todo, la desesperación puede más: la operación de redes de trata y de tráfico y las expectativas generadas sobre mejores condiciones en el norte del continente siguen empujando a miles de refugiados y migrantes a emprender un nuevo rumbo por el golfo de Urabá y el Pacífico.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que la cantidad de migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá podría llegar a 400.000 este año. La cifra es especialmente preocupante si se la compara con la del año pasado: unos 250.000 cruzaron la ruta en 2022.

El crecimiento de laviolencia sexual: un caso cada tres horas

En ese marco, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) alertaron sobre la violencia sexual en el Darién que cada vez más cruel y deshumanizante. De enero a octubre de 2023, MSF atendió a 397 migrantes sobrevivientes de violencia sexual en la selva del Darién. Los datos, que ya eran alarmantes en los meses pasados, tuvieron un ascenso súbito en octubre: solo en una semana, MSF atendió 59 casos, lo que significa un evento de violencia sexual ocurriendo cada tres horas, y dentro de los que se cuentan tres menores de edad. En total, solo en octubre, recibieron 107 casos.

“En los últimos tres años se ha incrementado de manera progresiva el paso de migrantes por la selva del Darién. Es una de las zonas más húmedas del planeta y por supuesto no tiene una infraestructura necesaria para el paso masivo de personas. Entonces, los migrantes se ven expuestos a accidentes por el mismo terreno, resbalones, caídas, ahogamientos cuando los ríos aumentan su caudal y además están expuestos también a la presencia de criminales que controlan las rutas que atacan, roban, extorsionan, secuestran violan y que agravan la situación que ella es bastante difícil para ellos cuando han tomado la decisión de salir de sus lugares de origen y buscar una vida mejor”, explica en exclusiva a diario Hoy Carmenza Gálvez, ­coordinadora médica de MSF.

Gálvez explica también que “las personas tienen gran resiliencia, se ven expuestas a situaciones que, como ya describía, son sumamente difíciles desde los retos geográficos, desde la preparación hasta la violencia que sufren diariamente. Tenemos pacientes que han tenido que soportar diferentes tipos de trauma y que tienen necesidades importantes en su salud mental y salud física. Entre enero y octubre de este año hemos atendido aproximadamente 51.500 consultas médicas y enfermería esto incluye también controles prenatales y post natales, estamos hablando de mujeres que acaban de tener partos o que están embarazadas durante la ruta y que a su condición le tienen que sumar las dificultades a las que se enfrentan. Además tuvimos alrededor de 2400 consultas de salud mental, dándole gran prioridad a las personas que ya tienen un diagnóstico conocido de estas condiciones y a las personas que sobreviven violencia sexual que necesitan un apoyo integral, que necesitan una atención de emergencia y que deben ser vistos tanto por médicos como por psicólogos durante su intervención”.

En ese punto, y alertando sobre la violencia sexual, la coordinadora de MSF apuntó: “Con frecuencia las personas que se enfrentan a situaciones violentas de diferentes tipos no denuncian porque tienen desconocimiento de sus derechos, porque no hay suficiente información cuando inician sus travesías, porque no quieren retrasar las sus planes de viaje. En muchas oportunidades denunciar algún tipo de situación en la que se ven expuestos significa que deberían retardar los planes que tienen y no se quieren separar de sus grupos o de sus familias. El temor a ser estigmatizados o hacer nuevamente violentados siempre existe, el temor a ser reconocidos por alguno de sus perpetradores siempre está ahí. Entonces sí, infortunadamente hay muchas situaciones que hace que las personas no busquen un apoyo legal o de las autoridades en general cuando son víctimas de esta situación”.

La violencia sexual, que va desde tocamientos hasta violaciones, ocurre frente a los demás migrantes o en carpas instaladas para ese fin en la mitad de la selva. Aunque también los hombres y las personas con identidades diversas están expuestos a esta forma de violencia, el 95% de las sobrevivientes atendidas son mujeres. No solo son adultas: MSF ha registrado un 6% de casos contra menores de edad. Por ejemplo, la última semana de octubre se reportaron violaciones a migrantes de 11, 12 y 16 años.

El grito de auxilio

Médicos Sin Fronteras viene solicitando que “existan rutas seguras para el tránsito de las personas. Migrar no es un delito, la movilidad humana es un derecho humano universal y no es una situación exclusiva del Darién, es un problema global, es una situación que se está presentando simultáneamente en diferentes lugares del mundo, y lo que pedimos desde MSF es que los gobiernos hagan esfuerzos conjuntos para que los migrantes transiten por rutas seguras, sabiendo que no van a ser asaltados, golpeados, robados, y que no van a arriesgar su vida o las de los suyos en el camino. Nadie debería tener que afrontar esta situación, en nuestra experiencia las medidas restrictivas, la militarización, no reduce el tránsito y lo vamos viendo a lo largo del año, cuando hemos visto que se han incrementado los números ya casi al punto de duplicar los de 2022 cuando ni siquiera se ha acabado el año”.

“Durante el año 2021 cruzaron a través de la selva del Darién unas 130.000 personas; en 2022, 248.000 aproximadamente; y de enero a octubre de 2023 ya han cruzado más de 460.000 personas. Aunque hay una presencia estatal y una presencia de otras organizaciones no gubernamentales, los esfuerzos no son suficientes. Las organizaciones y las autoridades no damos abasto para suplir las necesidades de este alto flujo de personas y lo que hacemos es un llamado para multiplicar los esfuerzos por parte de donantes y organizaciones internacionales y establecer unas acciones más efectivas de los países para la respuesta”, enfatizó Gálvez a este medio.

Noticias Relacionadas